Nos conocíamos desde que éramos adolescentes. Él era uno de mis mejores amigos y compartíamos a diario; todo nuestro círculo social estaba relacionado. En aquel entonces yo era una niña y sí, debo admitirlo, ¡siempre lo encontré guapo! Pero no tenía segundas intenciones. Sólo compartíamos buenos momentos y una que otra fiesta con personas divertidas.
Cuando lo conocí, él pololeaba y yo estaba casi enamorada - o eso creía, jaja - así es que encontrarlo atractivo sólo cruzó mi mente un momento. La verdad es que no soy del tipo de chicas que levanta novios ajenos, así es que me di la oportunidad de conocerlo como amigo y seguir juntos disfrutando de buenos momentos.
Así pasó un tiempo. Yo ya había superado mis primeras penas de amor (con su ayuda) y ya estaba embarcada en una nueva relación. Después de algunos meses, me estabilicé y quise presentar a mi pololo entre mi cercanos. A decir verdad, a mi entonces partner nunca le cayó en gracia mi nuevo novio, pero convivían con respeto en cada una de las salidas.
Mientras duró este período vivimos muchas experiencias juntos (obvio, como amigos). ¡Fueron tantas que incluso mi novio se llegó a poner celoso!. Pero no era nada del otro mundo: sólo salíamos mucho. Viajábamos en grupo a la playa, carretéabamos, íbamos al cine e incluso a tomar helado. Y es que a pesar de que yo pololeara, ¡él siempre fue todo un caballero! Era imposible no sentirme una princesa cada vez que me cuidaba.
Cuando yo llevaba dos años pololeando, él terminó su relación. Sí, tuvo problemas con su novia y bueno, no volvieron jamás. Entre los amigos le subimos el ánimo y seguimos compartiendo igual que siempre, para que no se sintiera triste.
Pasó un año más y llegaron las vacaciones. Desde ese momento, nos empezamos a ver todos los días. Iba a mi casa, todos lo conocían y ya era parte de mi familia. Aunque seguía en mi pololeo, lo veía más a él que a mi novio. Me sentía cómoda, porque ¡lo conocía desde tantos años!. Todo iba bien hasta que un día su actitud cambió y obvio, me empecé a confundir. Un día fuimos a una fiesta y ahí se me declaró ¿Cómo iba a saber que mi amigo especial sentía algo más por mi? La verdad es que me gustaba, pero era mi amigo… No servía de nada engañarme: le conté a mi novio que me sentía atraída por otra persona y le pedí un tiempo.
A mi amigo le expliqué lo que me pasaba, que no podía estar con él y que por favor entendiera. Necesitaba reflexionar. Él me dijo que esperaría todo el tiempo del mundo (¡romántico nivel omega!) Después de unas semanas en que no solucioné los temas con mi novio, decidimos terminar.
Después de muchos meses - en realidad 3 o 4 -, me di la oportunidad de conocer a mi amiguito en otra faceta. Desde que nos dimos el primer beso, formamos una linda relación. Me pidió pololeo y ahora estoy feliz junto a él ¡Llevamos más de tres años! Todo ha sido perfecto e incluso nos iremos a vivir juntos. La verdad es que sin él nada tendría sentido: es el hombre de mi vida.
Y tú, ¿has mirado a tu "amigo" con otros ojos?