Esos momentos en los que te das cuenta de que te ha empezado a gustar alguien son muy enriquecedores, tanto mental como físicamente. Quizás te preguntas por qué algo que sientes puede también darse a conocer con tus actos. La respuesta es sencilla: lenguaje corporal.
Ese feeling de “mariposas en el estómago” se hace presente en tus movimientos y forma de mirar. Como si la alegría te invadiera y tu cuerpo tuviese que demostrarlo de alguna manera. La explicación científica es que en ese instante de coqueteo estás liberando endorfinas - las cuales te hacen sentir mejor - y oxitocina, responsable de ponerte más empática y amorosa con tu entorno.
¿Te has dado cuenta de cómo te comportas frente a alguien que te gusta? Incluso el tono de voz cambia, haciéndote sonar mucho más agradable de lo normal. ¡Es casi inevitable! Cuando eres correspondida se da algo muy extraño: es como si - transcurrido un tiempo juntos - crearan un espejo entre ambos, copiando los gestos físicos de cada uno. Cuando esto sucede significa que se complementan y tienen una comunicación muy eficaz. En caso contrario, todos sabemos que las cosas forzadas nunca llegan a buen puerto.
Así es que ¡ya lo sabes! Si lo que quieres es calar hondo tus mariposas en esa persona especial, sólo tienes que ser tú misma, mirarlo fijamente y sonreír. El resto viene por añadidura.
Haz el intento y nos cuentas cómo te fue.
Imagen CC Marcus