Ésta es la primera novela de Sandra Parejo, autora que nos trae una narración juvenil, actual y llena de frescura. Tal como promete en el avance, es una historia para disfrutar.
Martina, una joven profesora de escuela primaria, intenta llevar su vida alejada del amor. Lleva consigo un triste pasado que le dejó el corazón roto. Pero - como bien saben- , el amor no conoce del ayer, vive el hoy y no le importa qué pensemos o tengamos planeado, por lo que Marina se debatirá entre su obstinado deseo de no sufrir y la nueva oportunidad que le da el amor.
La historia es buena. Si bien puede parecerse un poco a otras, ese carácter tozudo de los personajes le da un tono único. Absolutamente cercana, te permitirá visualizar escenas fácilmente. De lenguaje explicito, sin poesía ni aspavientos, presenta una relación de pareja con verdad: con conflictos personales, negaciones, orgullo y esa subliminal lucha de egos que todos tenemos al estar enamorados.
Debo confesar que hubo momentos en que quise zarandear a Martina y tirarle un jarro con agua. ¡Qué mujer más porfiada!. Pero al continuar con la lectura, ella se ponía a llorar. Mostraba una extraña mezcla entre timidez y expresiones iracundas - muy propia de nosotras - por lo que es imposible que no te sientas identificada. Si bien todo lo vivido me pareció familiar, en muchos momentos pensé que le hacía falta visitar al psicólogo, lo que me causó risa y efecto espejo. Siempre es bueno ver la realidad de manera genuina, aunque se trate de una historia.
Una mención especial se llevan sus tres amigas. ¡Qué paciencia con ella, Señor!. Si no has tenido de esas, es porque aún no conoces la amistad.
La historia es rápida, la leí en nada de tiempo. Ágil en cuanto a saltos de escena y desarrollo de conflicto. Recomendable para toda lectora que quiera pasar un momento divertido.
¡Y recuerda que es tiempo de cogerlo! No le des más vueltas, todo depende de ti.
Imagen Twitter Sandra Parejo