Terminar una relación ya es duro, pero cuando se trata de romper con un vampiro emocional, es más complicado aún. Primero, porque el tiempo que hemos estado junto a él parece el doble e incluso el triple gracias a la manipulación de que nos hace objeto.
A los vampiros emocionales los podemos encontrar en cualquier forma, color, tamaño y estilo. Me refiero a que no solamente pueden ser los novios, sino también los amigos, peluqueros, amantes, vecin@s, compañeras de trabajo, etc. En fin, toda persona que gaste tu energía en cortos períodos de tiempo y que te haga sentir culpable ante cualquier cosa que no lo involucre, es un chupasangre energético.
Pero bueno chicas: ya es hora de parar. Todas tenemos un límite que, de no saber dejarlo claro, nos hará sufrir por temas ajenos en los cuales no tenemos por qué participar. Y no por ser egoístas, sino porque realmente no queremos ni necesitamos vivir eso.
Ahora, ¿cómo romper con un vampiro emocional?
1. Ser sincera
Primero, hay que ser honestas con nosotras mismas: ¿hemos dado demasiado espacio a esta persona? Si es así, debemos hablar desde la confianza, teniendo en claro que todo puede pasar, desde un “ok, comprendo” hasta un “vete al demonio, eres lo peor”. En cualquiera de estos casos, no debemos sentirnos mal: es algo que necesitamos hacer. Y ¡urgente!
(Nota: si es tu peluquero, procura decirlo después de que te corte el cabello y cuando no tenga la tijera entre sus manos)
2. Que sí, que no
Otra opción es el cambio progresivo: conversar menos con esa persona, no estar disponible para salir y prestarle estar menor atención. El punto es que sientan esta independencia de a poco. Los vampiros emocionales drenan nuestra energía porque la necesitan: son débiles e inseguros. Acá es donde aplicamos psicología y hacemos lo posible por no involucrarnos lo demasiado, sin cortar tan abruptamente.
3. Cortar desde la raíz
Ahora, si es tu novio… ¡ay chica, acá sí que estás frita!. En esta oportunidad es donde debes sacar todo el girl power que llevas dentro y ser decidida, no flaquear, sincerarte y terminar sin vuelta atrás. El vampiro emocional es un manipulador de primera y siempre querrá hacernos volver a lo mismo.
¡Pero no debemos preocuparnos! Total, como dice mi abuela, hay muchos hombres en el mundo y no debemos perder nuestra juventud con uno solo. (Sin necesariamente caer en el libertinaje. ¿Entienden el punto?)
La cosa es que los vampiros emocionales son sujetos que necesitan mayor autonomía y generalmente se apegan a nosotras porque caemos en fases maternales, complacientes o vulnerables a esos "muñequeos" emocionales que van contra todo nuestro zen. ¡Atrévete a dejarlos y verás como todo mejora!
Imagen CC: Julia Shashkina