La confianza en una misma es un ingrediente ¡esencial! a la hora de afrontar cualquier desafío. Es importante proyectar seguridad, puesto que nos guste o no, así como nos ven, nos tratan. Si vas por la vida “pidiendo permiso” y ofreciendo disculpas hasta por respirar, será difícil que hagas que la gente te escuche, respete tus opciones y te permita aportar a las discusiones. Por eso, si careces de este atributo, es fundamental que te aboques a su desarrollo.
Sabemos que existen edades conflictivas, como la infancia y adolescencia (donde se originan muchas de nuestras “trancas”, como el temor al ridículo o la búsqueda de aceptación) o los 30 (en que el cuerpo cambia y nos invaden diversos miedos, como el de envejecer o no cumplir nuestras metas). En estas etapas es usual que vivamos crisis de identidad o de seguridad en nosotras mismas. Por eso, si estás atravesando un periodo en que tu auto-confianza está en constante merma, estos tips te ayudarán a ¡levantar tu seguridad e ir por la vida abriéndote paso!. Toma nota y aplica:
1. Elimina y reemplaza los pensamientos negativos: Si amaneciste pensando en cuán gorda estás, porque se marcaron un par de números extra en la balanza, desvía tu atención hacia otros aspectos destacables de ti misma. Así, en vez de lamentarte por las galletas que comiste ayer, piensa que lo divertida que eres y en el bonito rostro que tienes. Maquíllate y haz gala de tu buen humor. Te aseguro que nadie notará si la pesa dio números favorables o no.
2. Habla lento y pausado: Recuerda que los grandes líderes se expresan de este modo. Usar esta técnica te permitirá proyectar autoridad y además, pensar mejor en lo que dices. ¡Seguro te ha pasado que a veces hablas más rápido de lo que piensas y tu boca termina traicionándote! Pues bien, si hablas en modo slow, te garantizo que no volverá a pasarte.
3. En lugar de enfocarte en el problema, concéntrate en las soluciones: Ya sabes que tienes un dilema, por lo cual darte vueltas en torno a él será totalmente improductivo. En lugar de ello, céntrate en las eventuales maneras de resolverlo. Ocupar tu energía en eso te permitirá dejar atrás la situación en lugar de caer en lamentaciones infinitas.
4. Párate derecha: Bien nos decían nuestras madres desde pequeñas: “enderézate y entra la panza”. ¡A hacerles caso entonces! Mantén la columna recta y el mentón en alto. Caminar de este modo te hará ver segura y con presencia. Además ¡lucirás estilizada! . Todo es cuestión de actitud. Puede que al comienzo te resulte un tanto incómodo, pero pronto verás que este hábito se hará parte de ti (y te impresionará ver cómo incide en tu carácter).
5. Prepara los temas o actividades del día: Revisa el diario cada mañana con suficiente tiempo, a fin de mantenerte informada respecto a la contingencia. De este modo, tendrás una opinión clara y definida sobre las distintas controversias, pudiendo manifestarla en las conversaciones del día. Asimismo, si debes presentar un proyecto o idea, debes nutrirte con todos los datos que puedas. Te sentirás muy estimulada cuando te escuchen atentamente y puedas presentar tus ideas con total soltura. Eres inteligente: demuéstralo y verás que esta característica seduce mucho más que un cuerpo perfecto ¡Haz la prueba!
6. Cambia un hábito negativo por día: Comer a deshoras, ser dejada con los estudios o no ejercitarte son conductas que puedes ir modificando de manera paulatina. Establece cada mañana tu meta del día, concéntrate en cumplirla y ¡felicítate por ello! Verás cómo de a poco empezará a cambiar tu vida.
7. Sonríe: Muchas veces te hemos hablado del superpoder de una sonrisa. ¡Y vaya que es cierto! Sólo con saludar exhibiendo este gesto en tu rostro o compartiéndolo con el pasajero que viaja contigo en el vagón de metro, tu ánimo mejorará y también el de los otros. Es ¡infalible y fácilmente comprobable! Siempre hay un motivo para sonreír.
Y bien, ¿estás dispuesta a confiar en ti misma y cambiar tu vida?