A estas alturas no hay quién lo niegue: el sexo es una parte importante en la relación de pareja. Además del innegable placer que produce, se relaciona con el afecto, la intimidad, la comunicación y la confianza; por esto, utilizar la sexualidad como premio o castigo, puede indicarnos que hay problemas.
Es cierto, aunque muchas veces vemos con humor en series o películas a la mujer esperar con una sexy lencería a su hombre para conseguir algo de él, lo cierto es que en la vida real, esta práctica podría acarrearnos grandes problemas con la persona que amamos.
Imagínense cómo se sentirían si se dieran cuenta que aquellas noches de ensueño que su chico les prepara, no son una muestra de pasión, sino una forma de conseguir algo de ustedes. O al revés, si cada vez que algo le molesta, se pasara días o semanas rechazando cada aproximación íntima ¡Fatal! Se sentirían utilizadas. Lo cierto es que, aunque muchas veces los hombres se muestras más torpes a la hora del amor, también tienen su corazoncito y este puede salir dañado si ese acto tan importante e íntimo no brota de los sentimientos, sino de la conveniencia. Por que como decíamos antes, el buen sexo se liga a la confianza. Mantener una sexualidad activa y sana nos permite gozar de una mejor relación de pareja y más duradera.
Por otro lado, especialistas han señalado que el uso del sexo como premio o castigo puede ligarse a una personalidad insegura, porque ¡claro! da la ilusión de control sobre el otro, pero en realidad no es así: sólo muestra falta de confianza en nosotras, en la necesidad de sentir que se tiene el dominio sobre algo cuando en realidad no es cierto.
Si al mirar nuestra relación de pareja vemos que el sexo ya no es sólo placer, sino un instrumento de control, puede ser un buen momento para buscar qué nos lleva a eso. Tal vez encontremos algunas inseguridades en nosotras, o quizá el problema sea la monotonía, desconfianza o hasta cansancio con la relación. Saquemos lo bueno de lo malo: ¡este puede ser un buen momento para afrontar esos problemas!
Así que ¡ya lo saben chicas! no se crean el cuento de la mujer controladora; una sexualidad sincera nos permite dar un mejor pronóstico a nuestra historia de amor.