La ropa se nos hace indispensable. Ya no sólo como forma de abrigarse, ese es un tema secundario: el vestuario se ha transformado en una declaración de identidad. Nunca tenemos suficiente, siempre nos “falta algo”. Yo soy de aquellas “traperas” que siente una especie de frenesí cada vez que se compra algo de vestir, y que experimenta aún más “placer” cuando esa prenda costó una ganga. Tengo mis picadas y métodos; mis amigas suelen mirarme incrédulas cuando les cuento de dónde saqué o cuánto me costó tal o cual cosa. Hay muchas maneras de renovar el closet sin gastar de más:
1. Tiendas de ropa usada: ¡Me encantan! Puedes encontrar desde cosas muy antiguas hasta ropa de outlet. Y como hoy en día prácticamente la moda no existe, hay para todos los gustos. Sólo deben fijarse bien que no traiga piquetes, manchas o roturas que no se puedan arreglar. Y si tienen arreglo, ¡siempre puedes regatear el precio.
2. Patronato: un clásico de Santiago, claro que aquí abundan más los precios bajos que la originalidad. Si toparte con alguien que lleva tu misma polera te hace hervir la sangre, evítalo. Aún así, puede resultar muy conveniente para comprar prendas básicas, como chalecos negros, jeans, etc.
3. Ferias libres: Uno de mis panoramas favoritos. No sólo encuentro ropa a $500 o menos; también otros cachureítos. Aprovecho de comprar verduras y frutas, matando así varios pájaros de un tiro. En Santiago, recomiendo las ferias de Grecia y de Arrieta.
4. Intercambio de ropa: podemos organizar con las amigas una reunión donde todas lleven prendas que no usen. Se divertirán probándose ropa mientras conversan; recuerda que lo que para una es basura, para la otra puede ser un tesoro.
5. Outlets: No soy muy asidua a los outlets, ya que no he encontrado grandes ofertas, pero quizá no he tenido suerte. En Quinta Normal hay un área específica donde hay centros comerciales llenos de estas tiendas, de todas las marcas. También los hay en Ñuñoa, en Avda. Irarrázaval. Si te gustan ciertas marcas, pero no quieres pagar de más, esta puede ser tu opción.
6. Ropa de súper: Al igual que Patronato, la ropa que encontramos en el supermercado puede ser bonita, pero muy masiva. Sobre todo porque es enferma de barata.
7. Ofertas de fin de temporada: Ésta es la más común de las opciones a la hora de adquirir ropa a bajo precio, pero en mi opinión, esto no la hace la mejor. Mucha de esta ropa está en mal estado después de haber pasado un par de meses en exhibición. Y también está repetida.
Así que ya sabes, hay muchas maneras de renovarse, pero recuerda: renovarse también es soltar. Regala lo que no uses, pues sólo está ocupando espacio en tu closet y en tu vida.