Es sabido que el amor es un tesoro que se debe cuidar y proteger. Solamente de ese modo será fructífero. Si bien existen ingredientes clave, como la paciencia, voluntad y preocupación por los detalles, también hay otros aspectos que pueden dañar el sentimiento, complicando nuestro propósito de hacerlo perdurar. ¿Cuáles son? En Fucsia te contamos, así es que si los reconoces ¡pónles atajo inmediato!:
1. Comportamientos que conducen a la desconfianza:
La confianza es algo muy frágil y valioso. Tendemos a pensar que se trata de un “must”, que viene en el pack de toda relación y debe existir sólo porque sí. Pero lo cierto es que la cultivamos cada día, al igual que el amor. Y ojo, porque puede romperse con mayor facilidad que este sentimiento. Puede que seamos las personas más correctas del mundo, pero si actuamos de manera errática, coqueteando con quien se nos cruce o guardando secretos innecesarios - por poner algunos ejemplos - lo más probable es que la perdamos.
Otro aspecto a considerar son las mentiras u omisiones: una inocente salida a la playa con nuestros partners - que ¡ops!, “olvidamos” comentarle - puede instalar la duda si es que se entera por otras vías (el etiquetado en Facebook no falla). ¡Y poco importará lo bien que nos hayamos portado! Por eso, siempre es aconsejable desplegar la mayor honestidad posible. Si quieres tener noches de chicas, ¡perfecto!, pero dile. Hacer cosas a espaldas de tu pareja es el primer paso para deteriorar la relación y un golpe que - por inocuo que parezca - podría hacer zozobrar la estabilidad lograda.
2. Burlas:
A veces, queriendo hacer gala de un buen humor increíble y pretendiendo fascinarlo, terminamos espantándolo. ¡Especialmente si haces mofa de un tema sensible para él!. Seamos francas: no todas las bromas nos salen divertidas y con algunas podemos ser hirientes sin querer. Quizás él no diga nada en su momento, pero tarde o temprano acusará recibo de tu sarcasmo. Peor aún, si se lo guarda, la herida crecerá. ¿Consejo? Tener el máximo tacto a la hora de bromear.
3. No aceptar la esencia del otro:
Quizás sea de perogrullo, pero querer modificar los gustos o expectativas del otro ¡es fatal! para cualquier relación. Y lo que está castaño siempre puede tornarse oscuro si asumes actitudes tales como escoger su ropa e incluso ¡su foto de perfil!. ¿Qué haces a su lado si te molesta su apariencia? ¿Por qué escogiste estar con él si cuestionas sus motivaciones? Pretender “editar” a tu compañero da cuenta de un impresionante afán por manipular y también pone en entredicho la veracidad de tus sentimientos. Si no aceptas a tu pareja tal como es, deberías replantearte el futuro de ese vínculo.
4. No mostrar deseo o admiración hacia él:
Está claro que el sexo no es la base de una relación sentimental, sino una consecuencia del amor mutuo. Teniendo eso en consideración, ¡pucha que es importante! Por eso, si te muestras reticente a la hora de intimar y esta actitud es constante, no pretendas que tu relación continúe de color rosa. Para cualquier ser de carne y hueso es esencial sentirse deseado por quien ama. Y si “no tienes tiempo ni ganas” de dar rienda suelta a la pasión, estarás dando una pésima señal que pronto va a pasar factura.
Igualmente importante es mostrar alegría ante sus logros y valorar sus cualidades positivas. Todas queremos que nuestros hombres se sientan orgullosos de tenernos por compañeras, ¿no? ¡Pues con ellos no es distinto!
5. Estancamiento:
Si llevas una relación ¡de meses! en la cual no te presenta a su familia, ni a amigos, ni da indicios de querer “consolidar”, es normal que empieces a plantearte cuáles son sus verdaderas intenciones. La duda comenzará a torturarte, deteriorando el vínculo que han construido. Lo mismo sucede con él si no le dices que lo amas - error típico nuestro -, no tienes tiempo para verlo o, pretendiendo parecer “progre”, no le aceptas el pololeo. Una relación en que “no pasa nada” o que se mantiene siempre en el mismo punto muerto no es algo auspicioso. Recuerda que el amor es como una planta y requiere de cuidado diario. Si no estás en condiciones para dar un nuevo paso, conversa, procurando hacerle saber qué puede esperar de la relación. Ten presente que el estancamiento es como un tumor, que envenena hasta la más bella historia de amor.
¡Mucho ojo con las situaciones anteriormente descritas! Identificarlas y trabajar en ellas es vital para el éxito de tu romance y que éste perdure, sin resentimientos ni daños causados por el paso del tiempo. ¿Te animas a intentarlo?