Hace unos días, estaba conversando con un amigo sobre lo que hicimos el fin de semana. Él, muy entusiasmado, me contó que fue al mall a comprarse ropa y que, aunque no lo tenía presupuestado, compró una cama. Yo, tratando de agregar una cuota de humor a la conversación, le dije: “la cambiaste porque la otra sonaba mucho”, esperando provocarle una carcajada. Sin embargo, lo que menos causé fueron risas y sólo se limitó a contestar que no tenía sexo porque llegaba todos los días muy cansado. Además, tampoco había tiempo, y el cambio de cama era sólo para lograr un sueño más reparador.
Jamás en la vida hubiera imaginado que una persona joven y con pareja estable se excusara en la falta de tiempo para no intimar con amada.
Ya de vuelta en mi casa, reflexioné al respecto y lo cierto es que un tema que depende mucho del tipo de pareja.
Cuando una está pololeando, el no tener sexo no es una opción. Se puede no tener dinero, y - si no viven juntos - puede que tampoco tengan un espacio, pero eso jamás será una excusa si es que el deseo realmente existe. En resumidas cuentas, tiempo siempre hay.
Si son un matrimonio o viven juntos, lo más probable es que no tengan tiempo para el sexo a causa de los hijos, o por cansancio, como mi compañero. No obstante, creo que esos argumentos no son lo suficientemente fuertes. Al respecto concluyo que la fatiga y los niños son sólo un disfraz para la situación real: que el deseo ya no es el mismo de antes. Si está sucediendo eso, es porque lentamente la rutina los está matando.
Una vez me dijeron que si comes chocolate todos los días, aunque los ames, te terminarán aburriendo. Pero creo sinceramente que cuando en verdad hay deseo, no hay excusas que valgan para declinar un regaloneo. Al contrario; siempre se generarán los espacios y el tiempo para el disfrute.
Ustedes, ¿qué opinan?