¿Estás atravesando un periodo más bien oscuro, en que te sientes carente de energía para afrontar tu rutina? ¡Atenta!, ya que si te encuentras desanimada, nostálgica y sin esperanzas, hay muchos factores en tu vida que pudieron detonar tal condición. La gama de posibilidades es tan diversa, que comprende desde enfermedades como anemia o estados gripales, pasando por déficit de vitaminas y minerales; la ausencia de luz al comenzar nuestro día, hasta estrés o un nivel de actividad física bajo.
O también, puede que la presencia de cualquiera de estos agentes esté absorbiendo por completo tu buen ánimo:
1. Deudas y cuentas impagas: Tener una obligación pecuniaria pendiente y hacer verdaderos malabares para garantizar su cumplimiento, implica una gran inversión de energía. Es una situación que altera tus ciclos de sueño, al mantenerte intranquila. Lo aconsejable es evitar adquirir deudas, más aún si éstas son a largo plazo. Sin embargo, si no tienes otra opción, procura ser ordenada en los pagos y no tendrás problemas.
2. Descuidar la salud: Que la maquinaria interna de tu organismo funcione a la perfección, es esencial para desarrollar tus actividades cotidianas y permitir que tus anhelos se concreten. Por eso, visita a tu doctor al menos una vez al año, a fin de asegurarte de que todo esté en orden. Toma vitaminas si así lo precisas, descansa lo suficiente, aliméntate bien, haz ejercicio y escucha a tu cuerpo. Recuerda que la falta de energía es siempre un aviso de que algo requiere atención. Entonces, ¡bríndasela!
3. No dejar tiempo para ti: Si tienes un trabajo que te apasiona, estudios que te encantan y un sinfín de quehaceres con los que quieres cumplir, perfecto. Pero procura disfrutar de todas esas ocupaciones y no que éstas se transformen en chupasangres energéticos. Para ello, es fundamental que dejes momentos para el ocio, como ver la serie que adoras o dar una caminata al aire libre. Hasta los electrodomésticos requieren ser desconectados de vez en cuando para así tener un óptimo rendimiento.
4. Desorden: Un espacio alborotado es señal de una mente ¡en caos!. La energía no fluye y queda atrapada en medio del desastre. Mantener cada cosa en su lugar ayudará a que tu mente también se ordene. Te sentirás más a gusto y verás cómo la energía circula también por tu vida. ¡Compruébalo!
5. Promesas sin cumplir: Si te has comprometido con determinadas actividades y no has cumplido tu palabra, revisa por qué pasa eso. El sentir que tienes obligaciones pendientes terminará drenando tu energía y quizás esté ocultando un problema más de fondo. Recuerda que tienes derecho a equivocarte, pedir perdón y reiniciarte. Si al calor de una emoción te comprometiste a algo que realmente no deseas y buscas excusas para no darle cumplimiento, es momento de reiniciarte y tomar otro camino. Aún cuando lo ideal es decir “no” desde un comienzo, si ya no lo hiciste y no puedes con eso, sé franca, asume tu error y pon la reversa. Ya no gastes energía en cosas innecesarias.
6. Relaciones tóxicas: Puede que adores a tus amigas o primas, pero si son de aquellas personas que se quejan todo el tiempo, cuentan historias desastrosas y no buscan solución a nada, es el momento de cortar con su influencia destructiva. Ellas necesitan de una atención más especializada, la cual tú no puedes brindarles. Si alguien quiere tirar su basura, que no sea en tu cabeza.
7. Empeñarte en situaciones que no puedes cambiar: Empeñarte en colonizar la luna o en casarte con Robert Pattinson, son batallas que no te conducirán a ninguna parte. Es más, derrocharás toneladas de energía sin obtener buenos resultados. Mejor busca caminos alternativos - que siempre los hay - para lograr la estabilidad y armonía en tu vida.
8. ¡No perdonar!. Es un punto esencial. Si una situación te causó dolor y le das vueltas un millón de veces, esto consume tu alegría, fuerza y recursos mentales. Busca una instancia para conversar el tema sin obviar ningún detalle y luego ¡pasa la página! De lo contrario, te harás daño a ti misma y a quienes quieres, junto con desperdiciar energía de manera innecesaria.
Y tú, ¿estás lista para comenzar a cuidar tu energía como un tesoro?