Cuando estás recién empezando a pololear y te toca conocer a la familia y amigos de tu pareja, siempre es difícil. Sí, porque no sabes si a ellos les vas a gustar tanto como a tu pololo si actúas tal y como eres. Además, es importante la impresión que les des, ya que lo más probable es que después compartan sus opiniones con tu pololo. Y, si están recién empezando, podría verse muy influenciado.
Mi gran duda en esos momento siempre ha sido si debo sonreír, asentir con la cabeza y verme simpática o levantar la voz y dar mi opinión, aunque sea contraria a la de todos. Bueno, normalmente yo optaba por lo primero: el plan pacifista, tratando de no escandalizarme por nada y siempre con cara de simpática. Pero ahora que llevo cuatro años y fracción con mi pololo, decidí que ya no podía seguir usando mi Poker Face al conocer gente.
Hace poco me presentó a unos nuevos amigos, los cuales conoció hace algunos meses y que por cosas de horario no me había presentado. Él ya les había hablado de mí y, según él, sabían más o menos cómo era yo. Por lo mismo, dijo que no me preocupara y me comportara normal, tal cual como soy.
Fuimos a ver un partido de la Copa América, así que no hubo mucha interacción hasta que llegó el entretiempo. Ahí alguien inició una mini encuesta preguntando si hubiesen sacado a Arturo Vidal de la Selección por chocar. Todos, uno a uno, dijeron que sí, incluso mi pololo. Y cuando iban llegando a mí, pensé si debía pasar piola y decir que sí o expresar lo que realmente pensaba. Y decidí hacer lo último: dije que no. No me importó que el mundo estuviera en contra, yo no iba a opinar distinto.
Lo peor es que estaba la polola de otro de sus amigos en la misma conversación y ella dijo que sí, sonrió y se vio divina. A mí no me importó: sentí que ya estaba vieja como para estar tratando de caer bien. Lo curioso es que a mi pololo le encantó, porque sintió que le hice caso y fui yo misma. No fui tímida y callada como solía ser, no intenté verme linda ni parecer simpática.
Creo que al final, es cierto cuando te dicen "sé tú misma", porque por muy rara que puedas ser, aunque hables con tu gato, cantes a Arjona a todo volumen en tu auto y te gusten los chistes de la cintura para abajo, si tu pololo está contigo aceptando todas tus cualidades, es por algo.