¡Ha llegado la lluvia! Nos volvemos locas sacando las mejores parkas, guantes y gorros. Por supuesto, no falta la abuelita o mamá protectora, que te lo recuerda: "¡el paraguas, el paraguas!", hasta que te quede bien grabado en la cabezota.
Y obvio, ¡si son tan adorables que se preocupan por nosotras!, pero me pregunto: ¿habrá alguna forma de disfrutar la lluvia sin necesariamente andar con un paraguas de arriba para abajo? ¿Cómo no van a dar ganas de colocarse bajo la lluvia sonriendo y recibir estas gotitas que caen directo desde las nubes?. Pero todo lo contrario: nos escondemos bajo esos molestos paraguas - algunos enormes por cierto - o nos amurramos en la casa viendo tele a todo volumen para no escuchar cómo llueve.
Y para peor, si nos invitan a salir decimos: 'no puedo, porque está lloviendo'.
Es que ¡no puede ser! Si tenemos un alma joven, que quiere experimentar nuevas sensaciones, entonces ¡nada mejor que el agua! Nos renueva, nos purifica y sin lugar a dudas, cambia toda nuestra energía.
No es tan difícil, amigas: basta con que salgamos ultra mega abrigadas, con una buena parka con gorro y unas botas todo terreno, para disfrutar y girar bajo la lluvia, tal como lo hemos visto en las películas. Cerrar los ojos, permitir que esas gotitas caigan sobre nuestro rostro y nos limpien, ¡verán lo genial que es!. Y para las que somos soñadoras, hasta podemos sentir que ¡nos trasladamos a otro mundo!
Si tampoco es cosa de quedarse una hora así, porque no pretendamos pegarnos un resfrío; pero si disfrutar unos minutos de este hermoso regalo. También podemos escoger una terraza junto a la naturaleza, con nuestro bombonazo, para disfrutar del romanticismo y sentir el sonido de la lluvia caer sobre los árboles.
¡Qué mejor, agua y sonido! Leer un libro, meditar o simplemente, contemplar cómo cae la lluvia.
¡Ya pues, no se escondan! ¡Si no se van a reproducir, como los Gremlins, jaja! ¡Sintamos la lluvia y esas hermosas sensaciones que nos provoca!