¿Deseas añadir un especial aderezo a tu rutina sexual? ¿Ya probaste todas las posiciones habidas y por haber sin encontrar la que te acomode? ¿O quieres dar un nuevo aire a tus performances amatorias? Quizás la solución que buscas te la dé la llamada “silla del amor”, presente en distintos moteles chilenos y también en sex shops, por si quisieras tener una en casa (si no tienes el problema de explicar a tus visitas la utilidad de ese “mueble”).
Si no sabes qué es esta silla ni qué puedes hacer con ella, en estas líneas te entregamos un pequeño barniz. Sí, acotado porque ¡la idea es que tú te animes y experimentes!. Lee atentamente entonces, qué bondades tiene este artilugio y cómo puede mejorar tus técnicas amatorias.
Lo primero que debes saber es que existen dos tipos: la primera es un “híbrido” entre máquina de gimnasio y sillón ginecológico, mientras que la segunda - también llamada potro - es una especie de diván con dos lomos, uno más alto que el otro. Este último tiene la ventaja de que pasa más piola. Así, si quieres llevarlo a tu casa, lo puedes presentar como la tendencia en mobiliario moderno sin despertar suspicacias.
1. Duración y resistencia. Esta “joya” del erotismo te permitirá probar con tu pareja distintas posiciones sexuales, totalmente diferentes a las que hasta ahora has experimentado. Es suficientemente resistente como para tolerar arrebatos pasionales; así es que no debes temer que se desarme con alguna performance demasiado osada. Incluso tiene un revestimiento de pintura electrostática al horno, que le da mayor durabilidad a través de los años.
2. Flexibilidad. Seguro que más de una vez intentaste emular una tórrida fantasía, experimentando con posiciones realmente arriesgadas. Pero la elasticidad de tu cuerpo - o el de tu hombre - no acompañó tal propósito y terminaron con severos dolores articulares. Pues bien, esta silla facilita las cosas, permitiendo probar posturas osadas y de mucho placer con el mínimo esfuerzo, sin que tus músculos y tendones se vean sobreexigidos.
3. Comodidad al “bajar”. Seguro tu hombre adora que estimules sus zonas íntimas con los labios. Entonces, te encantará saber que este mueble te permitirá hacer esto con total comodidad, adoptando una posición muy placentera para ambos. De hecho, la silla es conocida por favorecer el sexo oral, haciendo la experiencia mucho más grata. Y, ¿cómo sabes? Tal vez él también se anime a explorar un poco más abajo.
4. Amazonas. Otra de las performances favoritas a la hora de intimar es la amazona; es decir, nosotras arriba. Aunque es una posición agotadora, es ¡gigante! el placer que brinda. Con la silla puedes disfrutar sólo de las bondades de tener el control, olvidándote del cansancio. Esto, gracias a que - al menos en el modelo que asemeja a una máquina de ejercicios - los tubos te permitirán impulsarte, haciendo la tarea más fácil. Ahora, si lo tuyo es el misionero, ¡él también podrá valerse de este fantástico artilugio!
En los sitios web de los principales moteles, puedes averiguar si aquel que deseas visitar cuenta con esta maravilla. Eso sí, conviene extremar los cuidados y asegurarse de que el juguete haya recibido una correcta limpieza, a fin de evitar malos ratos. La mayoría de los recintos aseguran ser rigurosos en cuanto a higiene, pero si eres escrupulosa, lo más recomendable es comprar tu propia silla y utilizarla en casa, ¡inventando una buena excusa para justificar su presencia! (Aunque adquirir un modelo piola o armar un “cuarto rojo” también son buenas alternativas).
Y bien, ¿te animas a incorporarla en tu rutina amorosa?