Siempre me he caracterizado por ser optimista y ver lo positivo en cada nuevo desafío. ¡Incluso en los obstáculos! No sé si es una cualidad o un modo de subsistencia, aunque también temo que haya un poco de “pensamiento mágico” en mí, lo cual no es tan bueno. ¡Claro!, porque de ser así, este atributo se sustenta más que en hechos reales, en la presunción de que providencialmente “algo” que mejore las cosas ocurrirá en X momento.
Más allá de esto, el ser positivo en términos generales es una gran cualidad, que lleva a quienes la poseen a disfrutar más la vida y no estresarse o quemar ansias por situaciones que aún no acontecen. Los optimistas, según estudios, tienen un mejor rendimiento académico y un notable desempeño laboral, además de contar con mejor salud y ser elementos invaluables en los equipos que integran. Pero ¡ojo! también tienden a ser impuntuales, dado que siempre juzgan "llegar a tiempo", aunque el reloj indique lo contrario.
En fin, si pese a los contras, quieres disfrutar de los cuantiosos “pros” que tiene ser optimista, aquí te van algunos tips que te ayudarán a desarrollar lo positivo al máximo. Toma nota y ¡aplica!:
1. Postura erguida: Claramente, la forma en que nos sentimos se refleja en cómo nos vemos y más específicamente, en la postura que adoptamos. Lo mismo al revés: si moldeamos nuestro cuerpo como los triunfadores, nos sentiremos impregnados de ese espíritu. La postura de los pesimistas es encorvada (para mirar cómodamente el suelo) y su apariencia denota descuido. Por lo mismo, yérguete; camina con pasos largos y hombros atrás; además de poner especial acento en tu aspecto. Endereza a la cabeza y mira al frente, con el mentón levemente orientado hacia arriba. ¡Notarás la diferencia!
2. Usa palabras positivas y ten pensamientos alegres: Soñar que de pronto nos convertimos en “brujas” y arreglamos el mundo con una varita mágica puede sonar algo loco, pero no es improductivo. Al contrario: albergar ideas felices (por más fantasiosas que sean) transformará nuestro ánimo cabizbajo y nos hará sentir más positivas. Igualmente, ten mucho cuidado al escoger el vocabulario que utilizas. Decir “mi vida es un desastre” dista mucho de “tengo problemas, como todos, pero aprenderé de ellos y saldré adelante”. La primera frase es como una pesada ancla que terminará hundiéndote, mientras que de la segunda obtendrás el poder para no rendirte. ¡Compruébalo!
3. Voz "happy": Esta técnica no sólo hará que te perciban como una persona agradable y positiva, sino que también provocará que te sientas de esa manera. Sonríe mentalmente mientras respondes a una pregunta o proclamas tus ideas. Recuerda que este simple gesto es capaz de iluminar incluso un alma apagada. Úsalo en tu rostro y también en tus palabras.
4. Ten siempre un “plan B”: Por A, B o C motivo, aquello que tenemos en mente y que significa tanto para nosotras puede fracasar. Es por esto que tener “una cartita bajo la manga” ayudará a que tu mundo no se desplome si algo no resulta como ansías. Trabaja en esta alternativa con tanto cariño y entusiasmo como lo hiciste con el plan original. Obviamente, debes procurar que la factibilidad de ejecutarlo sea mayor a la propuesta base. Manejar diferentes opciones - de distinta complejidad - es la clave para que ¡nada te tumbe! (ojo, no aplica para hombres, ¡frescolinas!).
5. Deja un día para hacer las cosas que más te gusten: Si queremos mantener el optimismo vivo en nuestros corazones, es vital dedicar al menos un día en hacer aquello que te trastorne. Por eso, destina una tarde del fin de semana para ir al cine, perderte en la montaña, caminar por la playa, “cletear” en un parque, etc. Verás como una actividad sencilla puede energizarte al máximo y renovar de manera impresionante tu vibra para ¡enfrentar lo que venga con el mejor ánimo!
Y tú, ¿tienes algún secreto para potenciar el optimismo?