La intimidad es para disfrutarla, potenciar la relación y pasarla bien junto a quien amas. Sin embargo, convengamos en que ¡nos cuesta horrores! expresar a nuestra pareja aquello que queremos o nos gustaría, ya que tememos lo que él pueda pensar al respecto o que interprete dichas demandas como que estamos insatisfechas. ¡Cuando lo único que queremos es aumentar la diversión y hacer de la experiencia algo aún más placentero!
Lo primero que debemos tener en cuenta es qué queremos, pues será el primer paso para plantearlo. Y para ayudarte, te cuento que tras una breve encuesta entre varias amigas y compañeras, llegué a la conclusión de que las siguientes son las principales demandas femeninas no confesadas. ¡Toma nota, ya que podrías verte reflejada!
1. Más acción: Las mujeres también disfrutamos del regaloneo on fire y los hombres del siglo XXI suelen tener más "dolor de cabeza" que nuestro género en décadas pasadas. Por lo tanto, nos gustaría - en medio de la vorágine laboral, estudiantil y todo lo que la rutina implica - tener más tiempo para conectar con la pareja de manera física y emocional. Además ¡nos encanta sentirnos deseadas por el hombre que amamos! Y ¿cómo podemos creer que les somos irresistibles si nos busca una sola vez cada tanto?
2. Más “wild”: No necesariamente implica que saque las esposas, el látigo y libere sus “cincuenta sombras”, sino que actúe de manera que nos parezca que está “muy entusiasmado” y que no puede esperar ni un minuto más para entregarse a la pasión. ¡Eso es mega sexy, irresistible y excitante!. No queremos que haga las cosas “por obligación”, como el niño al cual mandan a hacer una tarea. Que le ponga tinca es esencial; pero claro: si lo decimos podría parecer que estamos disconformes. Entonces callamos.
3. Probar con un juguete sexual: Si la idea te ha cruzado por la mente, pero nunca la has llevado a la práctica, resulta lógico que te complique la idea de plantearlo a tu pareja, pues te preocupa lo que él pudiera pensar. Y ¡ojo!: al hablar de un juguete sexual, las posibilidades no se limitan a un vibrador, sino ropa comestible, esposas, vendas, bolas chinas y un sinfín de etcéteras. La idea de visitar un sex shop puede que te tiente, pero los prejuicios y el temor lo dejan sólo en proyecto. ¿Qué tal si lo invitas coquetamente a revisar qué novedades venden para aderezar la rutina amatoria? La idea podría gustarle. ¡Inténtalo!
4. ¿Sexo oral?: Si la experiencia te ha generado curiosidad, pero aún no la pones en práctica, seguro te limitan diversos pensamientos: vergüenza, preocupación porque la experiencia le sea desagradable, temor a lo que él piense, etcétera. Además, temes que pudiera resultar incómodo para ti y no gustarte, por lo que no quisieras herir sus sentimientos interrumpiendo la performance “en pleno”.
Tras revisar los principales tabúes femeninos a la hora del sexo - y si quedó alguno en el tintero, ¡colócalo en los comentarios! -, no queda más que recomendarte que si estos temas te inquietan, tomes aire y recurras a la principal herramienta en toda relación que se precia de exitosa: conversar. Te aseguro que siempre hay un momento para hablar del "problema" que te ocupa - incluso éste - y si lo planteas con humor, apelando a la confianza que se tienen, podrías verte gratamente sorprendida. Si te parece que es fácil escribirlo, pero difícil hacerlo, muéstrale esta nota y compartan impresiones. Quizás él mismo te dice que no es mala idea y una cosa lleva a la otra. ¡Pero no te quedes callada!. Recuerda que el silencio es el peor enemigo de la concordia y el disfrute, así es que ¡expúlsalo ya y lánzate!
Entonces, ¿te atreves a innovar en tu alcoba?