Cada día
tiene 24 horas, gran parte de las cuales pasamos trabajando o recuperando energías
para volver a trabajar, pero ¿qué pasaría si supieras que tus horas cada vez son
menos?. ¿Seguirías con la misma rutina?
Nuevamente es mitad de año, el tiempo ha pasado, —estoy segura que para todas a distinta velocidad— pero si hay algo que ninguna puede negar, es que, efectivamente pasó. Si pudieras contar cuántas dietas, rabias o tristezas has tenido en estos siete meses, sé que tendrías al menos un numero con que llenar la planilla de registro. Pero, ¿pasa lo mismo si se trata de tus sueños, de lugares nuevos o experiencias inolvidables?
Hace poco recordaba la historia del libro "Bajo la misma estrella". Al comenzar la narración, la joven - enferma de cáncer - producto de la enfermedad no tiene ganas de hacer cosas, de salir o ver gente; sin embargo, para no ver a su madre sufrir aún más, decide aceptar la invitación a un grupo de otras personas con este mal. Si bien la experiencia no fue genial, la siguiente vez encontró a alguien que dio un vuelco total a sus circunstancias y se convirtió en el gran amor de su vida. Me sorprende como la simple decisión de asistir abrió la puerta a que eso ocurriera.
El sabido que quienes tienen conciencia de que morirán aprovechan cada segundo, pero los que no, a veces nos damos el lujo de desperdiciarlos. Creemos con tanta certeza que habrá un mañana, que disfrutamos muy poquito del hoy. Dejamos pasar oportunidades, invitaciones, una sonrisa, un beso e incluso una buena película pensando que más adelante tendremos nuevamente esa posibilidad, pero no siempre es así.
Esta semana pensaba en todos los momentos que perdí, en todas las cosas a las que dije no, y luego, inicié el conteo de las cosas buenas: mis primeras veces de hacer algo, mis risas, los libros buenos, esos paseos que no se daban hace tiempo, por exceso de trabajo, o las caminatas por el cerro tomándonos mil fotos. Con felicidad, pude ver que todo lo malo sólo es superado con cosas buenas, con decir "sí, quiero" o "sí, puedo"; con hacer y no sólo pensar o esperar que llegue "tu" momento.
Hoy quiero invitarte a hacer tu listado de sueños cumplidos, de paseos, sonrisas y apreciarlas como nunca. Te invito a abrazar a aquel que puede no estar mañana, a mirar de frente y sonreír con ganas, a comerte esa delicia calórica en buena compañía y que cada risa queme las grasas y las culpas. En definitiva, a quedar satisfecha del corazón.
Te invito a no perder tus horas y vivirlas como si estuvieran contadas. ¿Te animas?