La virginidad femenina no es un tema tan relevante hoy como lo pudo ser desde los 90 hacia atrás. Si antes el hombre buscaba hasta debajo de las sábanas esa gotita de sangre que aseguraba que "su mujer" no había estado con otro, hoy semejante idea parece una estupidez troglodita y más que machista.
Sin embargo, lo anterior no significa que existan más mujeres vírgenes antes que hoy: las mujeres antiguas eran audaces y también se las ingeniaban para "pasar piola". Mi abuela fue de esas que consiguió betarraga para simular tan anhelada mancha, pese a que su himen no había sido víctima de algún macho, sino que más bien, una caída logró que se rompiese cuando tenía 12 años.
Por otra parte, actualmente hay mujeres de más de 20 años que aún conservan su virginidad. La más destacable de ellas (que conozco) es una amiga de mi madre que tiene 34 años y todavía no ha querido mantener relaciones sexuales. No es religiosa ni sufre alguna enfermedad, tampoco es poco agraciada ni le falta personalidad, solamente no quiere.
Desde su escritorio de gerencia en una imprenta, Lidia parece una mujer común y corriente. Se la ha pasado toda la vida trabajando. Recuerdo cuando yo era más pequeña: ella estudiaba de 8 a 8 y no tenía ni tiempo para juntarse con mi mamá. Sin embargo, la universidad no era lo único que ocupaba tiempo en su vida: tenía una hermana paralítica, la cual vivía con ella y la madre de ambas.
Si ya es difícil estudiar, imaginar lo anterior junto al cuidado de un enfermo es más difícil aún. Pero Lidia lo logró, aunque su hermana falleció meses luego que consiguiera su título, el cual -según decía- era el que le iba a ayudar a salir de ese estado.
Volviendo a la virginidad, la amiga de mi mamá no tenía tiempo ni para un pololo. Tampoco era de estas mujeres cariñosas que buscaban una relación: es como que le diera igual. Ahora que ya no soy una niña, me atreví a preguntarle un día si tenía pareja o algo. "No. Tampoco me he acostado con ninguno", me comentó seria y después sonrió levemente, "no está dentro de mis planes amarrarme a un hombre, soy libre".
Pensé que quizás era lesbiana y le pregunté al respecto con curiosidad. No, no lo era. Fue ahí cuando me contó que ella aún era virgen y que poco le llamaba la atención tener relaciones sexuales. Aunque no se considera (ni se ve) como una mina cartucha ni mucho menos, me confesó que "cuando llegue el momento y el indicado, veré si quiero perderla". Su deseo no lo ha desarrollado nadie y está -como decía- dormido en algún lugar, sin ánimos de despertar.
Y tú, ¿conoces a alguien que sea virgen a esa edad?