Una de las principales preocupaciones de toda futura mamá dice relación con la lactancia. Te preguntas si dolerá, cómo evitar que tus pezones se agrieten o evitar que se reduzca la producción de leche. Prevenir esto último es esencial, si consideramos los importantes beneficios que reporta alimentar a nuestros hijos de manera natural. Si no los conoces, en Fucsia te detallamos algunos de ellos:
1. Mejora las defensas: Tal como intuimos, los recién nacidos son muy vulnerables en sus primeros meses, ya que su organismo recién se adapta a “los peligros” de este mundo. La leche materna es el mejor escudo, ya que optimiza sus defensas al transmitir los anticuerpos necesarios para combatir resfríos y enfermedades por acción de virus o bacterias, tales como salmonella, polio e infecciones respiratorias.
2. Apego: La lactancia también tiene grandes beneficios emocionales, como la relación de apego madre-hijo. El contacto físico que se produce durante el amamantamiento gratifica profundamente al bebé a nivel sensorial, impactando significativamente en su desarrollo. Además, mientras es alimentado, el lactante sentirá la confianza y amor materno, lo cual es fundamental para potenciar sus propias emociones.
3. Nutre y otorga mejor digestión: La leche que produce tu organismo ha sido preparada especialmente para tu hijo, de acuerdo a sus características y necesidades. Por lo tanto, su tolerancia a ella será siempre excelente y la digerirá de mejor forma. Esta bebida, la principal comida durante su adaptación a la existencia, nutrirá a tu recién nacido de manera maravillosa. Contiene proteínas, grasas, hidratos de carbono, minerales, vitamina y agua, en cantidades adecuadas para su correcta absorción.
Como ves, la leche materna es muy importante para el saludable desarrollo de tu hijo, por lo que resulta esencial que se la proveas ¡durante el mayor tiempo que puedas!. Pero, ¿cómo lograr tener una buena producción? ¡Aquí te van algunos útiles consejos!:
1. Ofrécele pecho a demanda: La naturaleza es sabia; por lo tanto, si tu hijo pide leche una vez por hora ¡no dudes en dársela!. No le quites la mama hasta que haya acabado la succión. Una vez que notes que la ha vaciado, pónlo en la otra, ya que así se estimulará la producción láctea en ambos senos por igual. Recuerda además que en principio el pecho ofrece un alimento más aguado, dejando para el final la leche más rica en grasa y vitamina.
También debes tener presente que en sus primeras semanas, tu niño requerirá “comer” día y noche. No le niegues esto, ya que a mayor demanda aumentará también la producción mamaria.
2. Descansa y aliméntate bien: Los ingredientes a los que tu organismo echa mano para preparar el alimento de tu bebé provienen de ti y de la alimentación que estés llevando. Sigue una dieta equilibrada, rica en vitaminas y nutrientes (de 2500 calorías diarias aprox.) También procura dormir lo suficiente, aprovechando los instantes en que tu bebé también lo hace.
3. Evita chupetes y biberones: Es usual que tu hijo no sólo pida pecho cuando tiene hambre, sino también al desear contención. Más que la leche, a veces sólo querrá sentir tu piel y calor. Es aquí cuando muchas mamás - tras notar que no se está alimentando - recurren al famoso “chupete” para reemplazar ese abrazo. ¡Craso error! Esto, porque la succión a este artilugio difiere de la del pezón, haciendo probable que él se confunda y se adhiera a tu pecho con menor firmeza de la requerida, estancando la producción.
Sucede igual con los biberones. A veces tememos que nuestra leche sea poca, de textura ligera o que no le sacie la sed, pero ¡not!. La leche materna contiene el espesor, la cantidad y el líquido ¡perfecto! para él, así es que mientras estés produciendo, no necesitará ningún tipo de suplemento.
Si tienes dudas con respecto a la cantidad o textura de tu leche, así como la salud de tus pezones - en caso que sean umbilicados o se hayan agrietado -, consulta con tus especialistas de confianza (ginecólogo y pediatra). Ellos te dirán los pasos a seguir. Recuerda también que en el mercado existen cremas ¡fabulosas! para pezones dañados como producto de la lactancia. ¡No dejes de tenerlas en tu necessaire!
Y bien, ¿estás lista para alimentar a tu hijo con el más benéfico de los manjares?