Imposible no partir con esta pregunta: ¿a quién no le ha pasado? ¿Quién no se ha entusiasmado con alguien y literalmente ha quedado con la puerta cerrada en la frente?
¿Cómo podemos tener algo sin esperar nada a cambio? Y con ese “algo” no me refiero para nada a cosas materiales, sino más bien a un gesto dulce, una palabra de agradecimiento, una sonrisa o lo que te puedas imaginar. Y como de todas las cosas que nos pasan surgen lecciones, yo he sacado 8 referentes a la decepción en todos sus aspectos. A ver si concuerdas conmigo:
1. Confieso que secretamente tiendo a esperar “algo” de las personas que me importan. De hecho no veo cómo no podría ser así. Mis actos suelen tener un motivo que a veces apunta a comprobar la "lealtad" o el cariño de quienes me rodean; aunque aclaro que hay demostraciones de afecto que no poseen ninguna doble intención.
2. No culpar a esa persona: hay que tener claro que cuando una da todo de sí, probablemente no recibirá más de lo que espera. Pero eso es tema de cada una y la otra persona no tiene la culpa. Las personas damos y esperamos cosas a cambio, es algo natural porque tenemos conciencia. No te sientas mal si alguna vez haces algo para hacer que "alguien" reaccione, piense y valore lo que tiene a su lado. Esperar cosas es parte de ser humano; ser curiosas también lo es.
3. Todo pasa por algo: te puede sonar a un cliché "repetidísimo", pero no puedes negar que las crisis son oportunidades para salir adelante. Ya sean aquellas con personas queridas, trabajos, vida social o lo que sea; si surgen problemáticas que terminan en quiebres, lo único que podemos hacer es apenarnos un rato, reflexionar y pasar página. Tenemos que vivir cosas malas para crecer y avanzar en nuestra vida. Es la regla.
4. El pasado no determina tu presente: no podemos vivir cuestionándonos sobre la idea de las cosas que nos sucedieron en el pasado, ni mucho menos creer que éstas determinarán nuestro presente y futuro. Las cosas pasan porque tienen que pasar. No por eso vamos a quedarnos estancadas y muertas de miedo, sin intentar mejorar el camino.
5. No todo es perfecto: ¿te has preguntado por qué te decepcionas tanto? ¿has pensado que puede ser porque la persona de la que esperas algo, no es ni remotamente parecida a ti? Si lo has hecho, vas bien. No porque alguien no te dé justo lo que quieres significará que no te quiere. Hay que aprender a valorar los detallitos de cariño que nos entregan las personas. Tal vez tu regla de perfección no se parece a la de quien amas, pero no por eso está mal. Con comunicación, consideración y equilibrio se logra ser feliz igual.
6. No te tomes las cosas tan en serio: ¿cuántas veces malinterpretamos las cosas y terminamos discutiendo por algo no "tan" relevante? creo que uno de los principales inconvenientes de las parejas está en los malos entendidos, producto de la falta de comunicación. Cuando una tiene un "pololo, novio, pareja o marido", como quieras llamarlo, debe cumplir también un rol de "amiga" de la persona, así las cosas fluyen más rápido y no dan pie a interpretaciones equivocadas.
7. No te conformes: ¿para qué seguir en algo que te hace mal?
8. Haz las cosas con el corazón: Acaba con el asunto de actuar en pro de algo; sólo hazlo. Si tienes esperanzas sobre algún resultado especial, demuéstralas con fuerza, muestra lo que sientes. Todas podemos ser correspondidas; la clave para no decepcionarse del otro es la empatía y ¡adivina!: “hablar”.
Y tú, ¿qué lecciones han aprendido?