Los hay para todos los gustos: robustos, rubios, flacos o de pelo negro; pero cuando se habla de hombres, no sólo importa el envase: su forma de ser y actuar son vitales.
Los factores que nos conquistan son diversos, pero no hay duda de que su mejor rasgo será la esencia. Esa manera de tratarnos, la forma en que ven las cosas, cómo toman sus decisiones y enfrentan los retos cotidianos. Conocerlos y entenderlos nos permitirá proyectarnos con ellos a través de los años, formando relaciones realmente compatibles.
Los desafíos como pareja son vitales para que el amor perdure. Muchas veces nos encontraremos con hombres tímidos o con metas poco claras; es ahí donde aquellos que confían en sí mismos sacan ventajas. Tienen la medida justa de egocentrismo como para estar siempre arreglados, dar respuestas asertivas, superar sus limitaciones, terminar lo que se proponen e incluso llevar la relación a momentos a los que ninguno pensó llegar.
La gente con ego progresivo, no sólo piensa en sí misma, sino también en ser mejor que otros. Se desafían constantemente, necesitando "actualizar" su propio sistema, con lo que la innovación siempre irá de la mano. En este mismo ámbito podemos —como sus parejas— sacar frutos de sus conductas, orientarles en el recorrido y que sean para nosotras entes motivadores. No es competir, es ver a alguien que confía en que lo logrará y ¡lo hace!.
Pequeños detalle pueden hacer de tu relación con un egocéntrico un verdadero caos, pero debes saber que si te ama, los cambios, el autocontrol y el progreso puede ser pasos para grandes avances camino al éxito de ambos.
Cada cual tiene su magia; no mates su esencia. Disfruta de tu egocéntrico y poco a poco su centro se ampliará cada vez más. ¿Te animas a comprobarlo?