Una etapa a la cual toda relación sana se encamina es la de vivir juntos. Tarde o temprano, la pareja decidirá compartir sus vidas a modo más íntimo, con el compromiso de asumir responsabilidades compartidas. La pregunta clave es, ¿cuesta lograrlo?.
Lo primero que debes considerar si te vas a vivir con tu pareja, es que conocerás hábitos y costumbres que quizás ignorabas. No soy de quienes juzgan la intensidad del amor según el tiempo que llevan, pero para tomar esta decisión recomiendo que al menos lleven un año pololeando. Incluso recomendaría que salieran de vacaciones juntos o pasaran un tiempo en casa del otro. No creo que quieran apostar todo y luego perderlo, por no haber "probado" convivencias menores antes de la definitiva.
Otro aspecto fundamental es la confianza. Es verdad, todos somos humanos, nos equivocamos y podemos enfrentarnos a situaciones que expongan esta característica en algún punto de la relación. Pero si la otra persona está dispuesta a vivir contigo y tú también, es hora de dejar todo atrás y enfocarse en ustedes dos. Recuerda la frase "juntos, no revueltos", que se aplica en que cada cual debe tener su espacio, sin que el otro intervenga ese "metro cuadrado". Revisar sus pertenencias en busca de algo, nunca te dará resultados positivos. Conversar si.
También debes tener presente que vivir juntos por escapar de los padres o por obligación, no son razones suficientes para mantenerse en el futuro. Ésta es la primera parte de una gran construcción, la cual ambos deben esmerarse en fortalecer y proyectar. Nunca ignoren las peticiones y pretenciones del otro; sólo así lograran una base sólida.
Y lo más importante - para que no sea difícil vivir juntos -, es amarse. Suena cliché y cursi, pero el amor es la base de todo. Es el componente que les hará soportar las cuentas, el carácter, los roces y los comentarios negativos. Si fortalecen este sentimiento, tendrán más de la mitad del trabajo hecho.
Y tú, ¿Estás considerando dar este paso?