Cuando hablamos de amor y atracción, hay distintos factores hormonales, visuales y sensoriales que se meten al baile y nos llevan a pensar que alguien es atractivo. La reacción final será que esa persona nos "mueva el piso". Sin embargo, así como el amor llega (en un chispazo) también se va; hay cosas que nos hacen caer desde el cielo al infierno, pegarnos un tremendo porrazo, regresar a la tierra y descubrir que un pretendiente X acaba de matar nuestras pasiones. Mala combinación de atuendo, lenguaje pobre, que no tenga modales o se pase peleando a coscachos, son algunos de los factores que pueden llevar a que todas esas mariposas que sentimos en la panza, terminen cometiendo suicidio. A continuación encontrarás 5 cosas que pueden llegar a reducir tu pasión a un porcentaje de 0.
1. Ropa interior con hoyos
Imagínate alguien muy guapo o que hable muy bien, que tenga buena presencia y que sepa exactamente cómo combinar sus pilchas. Es muy lindo el cuadro que te armas y de verdad, un hombre con esas características derretiría a cualquiera. Sin embargo, cuando decides pasar a la siguiente etapa con ese prete, a esa más divertida, pasional y juguetona, descubres que tiene tremendas papas en los calcetines y sus calzoncillos están transparentes de tanto lavado (o sucios). Es entonces cuando todo ese entusiasmo por probarlo en otro ámbito, se termina arrancando al lugar más lejano de la tierra.
2. Mal aliento o algún tipo de olor corporal desagradable
¿Te ha pasado alguna vez que a alguien huele a funeral, pero no te atreves a decirle? Es una situación incómoda, ya que por un lado - si no le dices - puede que esa persona no note que su aliento es una peste; pero por otra, si le comentas algo al respecto, se sentirá mal por tu culpa. Es por eso que en una cita, cuando al galán no le huele muy bien la boca - ya sea por caries, comió cebolla de más o sufre de halitosis -, tienes que fingir una sonrisa mientras tu nariz se retuerce de dolor, porque ese aroma se respira a 10 mil kilómetros a la redonda, pero la única persona que no lo nota es él.
3. La poca empatía
Las mujeres, por lo general, tenemos el instinto de preocuparnos por los demás y proteger a quienes queremos. Ese talento o súper poder innato nos lleva a intentar ponernos en el lugar del otro. Por lo anterior, no hay nada más apestosos que encontrarse en el camino con un tipo al que no le importa nada ni nadie y que no puede (o le interesa) ponerse en los zapatos de quienes lo rodean. Si alguien no es capaz de demostrar empatía y comprensión por el resto, entonces ¿será el indicado para llevar una relación sana de pareja y de entender a quien tiene a su lado? Yo creo que no.
Alguien con 0 modales
No se trata de que un hombre se sepa el manual de Carreño de memoria o sea el rey de las veladas en donde se levanta el meñique, pero pucha que se agradece comer al lado de alguien que no mastique con la boca abierta, le preste más atención al celular que a ti o que se saque los zapatos en público. Está bien que en un lugar de confianza uno se pegue su desubicada o falta de protocolo - por algo somos de carne y hueso -, pero un tipo que en público se comporta como un changuito de zoológico, te hará pasar plancha, tras plancha y tras plancha. Por eso, si a la primera salida detectas que es un desubicado en potencia, ¡descartado de la lista!.
Un tacaño crónico
El amor y la atracción no se tratan de dinero, pero eso no quiere decir que ser tacaño esté bien. A todas nos ha tocado alguna vez salir con alguien "manito de guagua", que no te regala ni un helado de la micro; y otros más patudos aún, que después de un almuerzo o cena juntos, se hacen los lesos con el pago de su parte. A las mujeres nos deslumbran los detalles, aunque sea una chuchería de feria artesanal y es por eso que si un pretendiente no es capaz de comprarte una sopaipilla, mucho menos tendrá gestos lindos contigo, porque vive en torno a su bolsillo. Apretados ¡para la casa!
Si estás saliendo con alguien que encaja con una o más de estas características (o todas) deberías poner atención a su comportamiento, y evaluar si estás o no frente a un matapasiones crónico, del cual deberás salir corriendo antes de contar hasta 3.