Para partir este artículo, debo citar a Álvaro Rudolphy en una conocida película chilena, donde dijo claro: “el sexo es sexo y el amor es el amor”. Aunque ambos van ligados, hay que tener en cuenta que son dos cosas muy distintas. Yo puedo estar muy enamorada de alguien con quien nunca he tenido sexo y acostarme a diario con alguien que no me produce ningún sentimiento.
Dejando esto claro, sigamos. El sexo y el amor, cuando van de la mano, son maravillosos y nadie lo puede negar. Pero según creo, la falta de sexo no daña el amor, lo que daña es la relación, la intimidad y la cotidianeidad de la pareja. Para recuperar esas cosas en periodos menos "activos", lo único que se necesita es paciencia, comprensión y empatía, o sea amor.
El sexo es una de las tantas formas de demostrar este sentimiento, pero es lejos la más íntima de todas. La primera donde notamos la lejanía nuestra o de la pareja, y la que más duele, ya que es un golpe al ego, autoestima, seguridad y muchas cosas más. Es un tema que a mucha gente le cuesta conversar y que cuando no hay amor de verdad, es la primera forma de darte cuenta que la relación ya no va a ningún lado. Cuando hay amor todo se puede superar: temas de salud, económicos, con las familias, con los ex, distancia, cambios de todo tipo y hasta la falta de sexo, la que se ve como un síntoma que se ataca conversando. Es menester una buena comunicación, para así saber qué pasa con la pareja y en casos más extremos recurrir a una terapia, pero cuando no hay amor, no existen esas ganas.
Por lo mismo, chicas, les digo: la falta de sexo no daña el amor, daña otras cosas que cuando las bases no son sólidas pueden llegar a derrumbar una relación. Por lo tanto, si están con ese problema analicen qué está pasando y vean por donde atacarlo. Puede ser sólo un síntoma que al superarlo, afiance más todo o el principio del fin.