A estas alturas del año, el cansancio, el mal ánimo y la nula paciencia hacen que los niveles de irritabilidad estén a flor de piel. Siento que cualquier leve molestia me puede hacer explotar.
Obviamente el resto de las personas no tienen la culpa, por lo que trato de respirar profundamente, cerrar los ojos y visualizar que la responsabilidad de todo esto no es más que la pesada carga académica, el trabajo y los quehaceres del hogar.
¿Qué hacer en estos casos?
1. Darse un espacio de relajo: una buena siesta, un baño de tina o una salida a comer algo rico para cambiar la lata de la rutina.
2. Hacer deporte o salir a bailar para liberar tensiones.
3. Pagar por un buen masaje relajante.
4. Conversar con alguien para descargar un poco el cansancio y el peso que tenemos encima.
Chicas, ya va quedando poco para aquel relajo de Fiestas Patrias, luego de lo cual ya el año se pasa y vienen las vacaciones. ¡Así que ánimo! Recuerden que la culpa no es de los demás, por lo que debemos evitar explotar delante de alguien en particular. ¡Power!