¡Siente el increíble poder de las piedras!

Siempre he pensado que las piedras, además de ser hermosas, son portadoras de una especial energía que afecta positivamente tu vida. Recuerdo que hace tiempo visité la popular “Cueva del Pirata”, en Cartagena, y el guía nos invitó a tocar una roca de cuarzo, la cual nos daría buena suerte. Pues bien, así fue. Siempre he creído mucho en ellas.

Por lo mismo, no pudo sino parecerme novedoso el trabajo que Pam Hernández realiza con ellas. Esta prodigiosa diseñadora y orfebre viajó por toda América Latina aprendiendo técnicas artesanales de este arte, así como también del tejido de metales y telas. Y bueno, durante su periplo recolectó un sinnúmero de piedras de gran poder, tales como el mentado cuarzo, ónix, turquesas, leoparditas y un largo etcétera. Estas pequeñas rocas, además de ser un deleite para la vista, tienen notables propiedades. Por ejemplo, estimulan la concentración - ¡harta falta que nos hace a estas alturas del año! -, limpian chacras y activan el “tercer ojo”, que proporciona intuición y capacidad perceptiva más allá de los sentidos. ¡Díganme si no son fascinantes!

Lo mejor es cómo Pam transformó estas materias primas, dando cuenta de un gusto exquisito. Las convirtió en hermosos aros, collares étnicos (¡lejos lo más trendy de la temporada en cuanto a accesorios!), colgantes y anillos que son ¡un sueño!, tal como pueden apreciar después del salto.

Todas estas bellezas las pueden encontrar en el Facebook de esta gran artista, que tiene por slogan “Elegancia Noble”. ¡Y vaya que lo es! Porque estas joyas no sólo aportan un toque de distinción único a cualquier outfit, sino que además nos harán sentir ¡estupendas! y poderosas, con renovada energía. ¡Algo que sólo las mágicas piedras pueden lograr! ¿Y qué mejor si son trabajadas con inusual talento?

Créanme que usándolas ¡se nota la diferencia!. No en vano los diseños de Pam son muy apreciados en el extranjero, donde cuentan con una fiel y devota clientela. Si estás en Santiago o Viña del Mar, no dejes de conocerla. Sencillamente, amarás sus joyas. ¡Y no prescindir de ellas!