“Prefiero ser dueño de mis silencios que esclavo de mis palabras”. Sabia frase que nos recuerda que debemos ser extremadamente cuidadosos a la hora de abrir la boca. Es algo que a Pablo Courard, director ejecutivo de Alta Comunicación - agencia que gestiona las cuentas de exclusivas marcas de moda - debió quedarle más que claro durante esta semana.
Resulta que el joven profesional se mandó unas declaraciones de antología para Revista Sábado. En un artículo que trataba sobre la vida de las Fashion Bloggers, aseguró que “La moda es aspiracional. La belleza es aspiracional. Porque Chile es feo. O sea, es cosa de caminar por la calle. Somos una raza fea en general. De 10 mujeres, una quizás salva”. Claro está que sus incendiarias palabras causaron estragos en redes sociales. Pude contabilizar al menos un centenar de exaltadas réplicas en los distintos medios digitales (principalmente de hombres, ¡wow!). Tanto fue el caos, que incluso debió disculparse públicamente en su cuenta de Twitter.
A pesar de que lo publicado en rev.Sábado no representa mi pensar, me equivoqué y pido disculpas a las personas que se han sentido ofendidas
— pablo courard (@pablocourard) agosto 25, 2015
En fin, no sé por qué calles deambulará Pablo, pero en lo personal veo a mujeres bastante bonitas mientras realizo mis trayectos diarios. Es obvio que si nos ceñimos a los estrictos cánones del mundo de la belleza, ciertamente lo usual no es ver top models o Josefinas Montané, pero de que hay chicas lindas, las hay. Además, convengamos en que juega un rol clave ese “qué sé yo” que nos da el simple hecho de sentirnos minas y ¡proyectarlo!.
Porque la belleza - al menos para mí - va más allá de una linda cara, medidas perfectas, ojos claros y prototipo nórdico. Es una cosa de actitud. Y aborda también aspectos más personales y relevantes, como la inteligencia (¡que seduce mucho!) o el encanto. Whatever, reconozco que admiro mucho más esa hermosura tan impactante como sutil que tenemos las chilenas, antes que el concepto maqueteado, despampanante y mentiroso que con insistencia nos vende la industria.
Por último, debo señalar que - a diferencia de Pablo y sin ánimo de “patear” en el suelo sus infortunadas declaraciones - a menos que fuese un clon de Natalie Portman, no me atrevería a juzgar la belleza de nadie.
Y ustedes, ¿qué opinan?