Uno de los dichos más antiguos dice que para el amor no hay edad. Y aunque lo tradicional sería entablar una relación con alguien de tu misma edad o mayor, yo me atreví con un hombre 5 años menor. ¿Cómo resultó? A continuación les contaré mi experiencia:
Soy una persona con alma de niña. Asimismo, tuve tendencia desde la pubertad por los hombres menores que yo. Un placer culpable, ya que siempre sentí que en mis relaciones me juzgaban por el tema de la edad. Mi primer pololo era un año menor; nos complementamos muy bien y nunca nos afectó, pues ambos íbamos en el colegio.
A mi segundo pololo lo conocí de adolescente. Era menor que yo sólo por meses, pero con él fue distinto. Si bien en un comienzo la mínima diferencia de edad jugó a nuestro favor, con el tiempo ya no funcionó. Yo estaba por salir del colegio e irme de casa, para asistir a la universidad en otra región y él seguiría como alumno de enseñanza media. La verdad, en esa relación sufrí en carne propia lo de las distintas etapas y de que nos pasó la cuenta, nos la pasó.
Cuando conocí a mí actual pareja -5 años menor-, mi vida estaba en un cambio de etapa. Había salido hacía poco de la U e intentaba impulsar mi carrera. Él, en tanto, recién cursaba segundo año de pregrado, en una carrera de las que llamamos ‘cabezonas’ y era un ñoño de tomo y lomo. Mientras mi pololo estudiaba la ciencia de la química, yo iba a entrevistas laborales.
Al comienzo nadie nos tenía fe: muchos me dijeron que ‘es sólo un flechazo de un rato’ y otros, que era "muy niño". Una amiga me dio el empujoncito, diciéndome que era una oportunidad de volver a creer en el amor. Pese a que todo el mundo temía nuestro futuro, nos fortalecimos. Es un hombre maduro - pese a la edad que tiene - incluso más que yo. Hemos aprendido el uno del otro, y siempre enfrentamos cada día como una pareja consolidada. A la fecha llevamos un año y tres meses juntos, siendo la mejor experiencia en cuanto a relación íntima. Me siento orgullosa de lo que ambos hemos logrado.
La vida es una sola, y hay que disfrutarla. Vivimos en un país donde el qué dirán y los prejuicios influyen mucho en las personas. Yo me atreví y rompí esquemas. Incluso puedo decir que estando en etapas muy distintas de la vida, se acopla más a mí que hombres de mi edad o mayores. Puede ser que buscamos cosas similares, no sé. Esto se lo dejaré al destino.
Y tú, ¿has tenido una experiencia parecida?