Cuando recién estamos conociendo a alguien, nos preocupamos de que sea simpático, atractivo y ojalá comparta algunos intereses en común con nosotras. Son pocas las veces en que los amigos del chico que nos gusta juegan un papel crucial en nuestra decisión de estar con él. Sin embargo, ¡cuán importantes terminan siendo cuando la relación avanza y se formaliza!
Para los hombres (por lo menos con los que yo he salido) su grupo de amigos es algo así como un círculo sagrado. Y tú, como la “extranjera”, debes pasar su aprobación. Me atrevería a decir que caerle bien a los camaradas de tu pareja es mucho más importante para él que el hecho de que tus suegros te adoren. ¿Pero qué sucede cuando este grupo de personas tiene una menor edad que tú, y además te cuesta encontrar intereses comunes?
Creo que la edad en sí no es problema. Hay adolescentes muy maduros y adultos muy infantiles. El desafío empieza cuando no te sientes incluida en las conversaciones, no entiendes los términos que usan, sus bromas no te parecen chistosas y sus panoramas te resultan demasiado aburridos y/o tediosos. No hayas la hora de volver a tu casa, y comienzas a preferir quedarte acostada o salir con tus amigas que estar con los amigos de tu pareja.
Dentro de las situaciones más comunes con las que me he encontrado cuando los camaradas de mi hombre son menores que nosotros está, por ejemplo, el abuso del alcohol y el cigarro. Y es que el panorama de los días viernes es “borrarse” y despertar con una caña “mortal” al día siguiente. Es deber, además, publicarlo en Facebook: todo el mundo se debe enterar de lo bien que lo pasaron.
También me ha sucedido que sólo hablan de los estudios, de las pruebas que vienen a final de semestre y de quién se comió a quién en el último carrete. Este último punto es que más me descoloca, porque a veces siento que tanto chisme respecto a la vida de las demás personas no es necesario. Podríamos dedicarnos a conocernos más entre nosotros pero, en vez de eso, tengo que escuchar cómo Juanito se agarró a Pepita, la ex de Pedrito. ¡Y lo hacen parecer el tema más interesante del mundo!
Sin embargo, no es tan terrible. Estos momentos de sonrisa fingida se reducen a un par de horas a la semana, a veces cada dos semanas (porque no es necesario acompañar a nuestra pareja a cada panorama que tenga). Si él quiere a sus amigos y disfruta con ellos, ¡adelante! Nosotras podemos poner de nuestra parte para tener una relación cordial, pero si no hay feeling, pues no hay.
Y tú, ¿cómo te llevas con los amigos de tu pareja?