Las mujeres siempre hemos sido complejas. Lo digo porque en variadas oportunidades, nuestra mente y corazón nos juegan malas pasadas. Sobre todo, si hemos sufrido alguna traición o infidelidad. El tema de la autoestima es punto aparte, porque es un fantasma que nos sigue: pensar si nos vemos bonitas, si estamos más gordas o más flacas. En fin, definitivamente, las mujeres tenemos nuestros misterios, nos cuesta estar conformes. Por lo mismo, elaboré una lista de 5 temores que todas hemos sentido alguna vez. Acá van.
1. Todos los hombres son iguales: Sí, puede sonar cliché, pero es verdad. Las mujeres somos muy desconfiadas y nos cuesta creer en los demás. Luego de una infidelidad o traición, rehacer nuestra vida amorosa es un tema súper difícil de asumir. Después de tanto dolor, tememos volver a enamorarnos. Podemos pensar que todos los hombres nos engañarán, seamos como seamos con ellos. Esto nos predispone a actuar de manera distinta, más distantes e incluso más frías.
2. Ya no soy bonita: El paso del tiempo y las distintas circunstancias de la vida nos van deteriorando. Y no sólo psicológicamente, sino también en lo físico. Embarazos, dolores, traiciones, penas y el implacable tiempo, suelen jugar en contra de nuestra seguridad como mujeres. Tenemos miedo a no ser bellas y que las personas nos vean con desprecio o nos critiquen. ¡Peor aún cuando tenemos pareja!. Muchas veces creemos que ya no le gustamos y que así es más fácil que nos sean infieles. Todo eso radica en lo poco agraciada que algunas se llegan a sentir. Es un miedo constante, el dejar de ser llamativas.
3. No ser demasiado sexy en la cama: El tema sexual, siempre será fundamental. No es lo más importante en una relación, pero es un tremendo complemento para cualquier pareja. En algunas ocasiones, las mujeres se vuelven pudorosas y no quieren mostrar más de lo adecuado. Piden que sea con la luz apagada o lo más tapadas posible. Simplemente, porque no se sienten conformes con su cuerpo. Ésta es una atadura a la hora de mantener relaciones sexuales, pues creen que no son lo suficientemente sexys. Y cualquier mirada de su hombre a otra mujer, provoca desconfianza. Otra vez, radica en la falta de seguridad y confianza. Todas somos bellas.
4. No ser tan “exitosa” como tus amigas: El éxito, queridas mías, es demasiado subjetivo. Para algunas, se trata del desarrollo profesional o viajar por el mundo. Para otras, de estabilidad familiar o sentimental. Como sea, muchas mujeres miran hacia el lado y ven en sus amigas una especie de éxito mal entendido. Se frustran porque son diferentes, más independientes y decididas, cuando en realidad, es otro ritmo el que escogieron. Ni mucho mejor, ni mucho peor. De todas maneras, es un temor que muchas féminas sienten. Y la ocasión perfecta para este sentimiento, es después de una junta con todas las amigas. Acá lo más importante, es sentirse plena y disfrutar de la vida que tú misma escogiste.
5. Envejecer y enfermar: Todas, al menos una vez en la vida, hemos sentido miedo a envejecer. Porque sabemos que la vejez viene de la mano con enfermedades y cambios físicos. Es un temor absurdo, pues debemos comprender que la vida está llena de procesos y etapas que hay que saber superar. Sin miedos, ni complejos. Sin embargo, las arrugas, los achaques y la falta de vitalidad, son fantasmas que ¡nos aterran!.
Como hemos podido ver, existen ciertos miedos y temores que atormentan la vida de cualquier mujer. Sólo nos queda ahuyentarlos. ¿Cómo? Con seguridad. Sentirnos bellas, jóvenes y vitales, pese a cualquier cambio o etapa de la vida. Debemos ser fuertes, porque somos así por genética. Siempre con la mentalidad positiva. Finalmente, no le hagas caso a estos miedos, pues todas los hemos sentido alguna vez. Lo importante, es seguir adelante. La vida es demasiado bella como para vivirla con temor. ¡Arriba los corazones, entonces!
¿Te gustaría compartir algún temor que hayas sentido?