Hay que soltar, dejar volar.
La individualidad es importante, pero cuando nos enamoramos tendemos a querer pasar todo el tiempo posible con esa persona. Es normal y saludable, porque no hay mejor manera que conocer en profundidad a alguien que teniendo muchos y diversos momentos juntos.
También es importante el espacio, el mismo que te hace confiar en tu pareja cuando no están juntos. Si estando soltera te gustaba ir a la piscina, andar en bicicleta, salir sola, escribir o lo que sea, no tienes por qué dejar de hacerlo cuando empiezas una relación y él tampoco tendría por qué abandonar esas “pichangas”con sus amigos después del trabajo. Pero claro, siempre teniendo equilibrio. Es importante también que ambos se incluyan en su círculo cercano, ya que de esa manera se revela que la relación va para algo serio.
Creo que cuando uno amarra o encierra a la persona que quiere, lo único que consigue son peleas, malos entendidos y monotonía. De nada vale vivir en la desconfianza, porque cuando una está más grande y decide dar el paso hacia una relación es porque debiera tener claro el valor personal, la confianza y las ganas de montar algo con cemento del bueno.
Sabemos que la confianza se gana por ambos lados y que cuando surge una mentira todo ese avance se pierde. El tema está en un@ mismo cuando opta por saber el valor que se tiene como persona y la relevancia de la vida propia.
Les dejo una pequeña lista con aquellas cosas que NO aportan nada en las relaciones:
1. Desconfianza: revisar celulares, exigir claves de redes sociales, autoritarismo, dependencia emocional, prohibiciones y generación de celos en la pareja para “probar” algo. Nada de estas cosas tiene sentido; sólo restan a la relación.
2. No a las quejas sobre la pareja: si tienes tanta disconformidad con la persona que tienes al lado, ¿por qué molestarse en formar una relación?. El amor se basa en la aceptación hacia la otra persona, no en la crítica. A nadie le gusta que le saquen esos “defectos” gratuitamente, ni mucho menos intentar cambiar a esa persona.
3. ¡Honestidad ante todo! No sé ustedes, pero yo soy una persona que no puede guardarse lo que piensa. Siempre termino diciéndolo de alguna u otra manera, la clave está en el cómo. Creo que una de las cualidades más valorables de una persona está en la honestidad, en la disposición de conversar las cosas cuando es necesario. ¿No creen?