Gran parte de nosotras tiene una vida relativamente normal:nuestros conflictos van de lo económico a lo emocional. Sin embargo, en este último tiempo hemos presenciado sucesos realmente conmovedores, donde la imagen de un niño fallecido estremeció al mundo entero. La ira y falta de empatía están acabando con familias enteras, arrancando vidas en todas partes.
Es verdad, vivimos al otro lado del mundo; nos parece una realidad chocante, pero totalmente ajena. El gran drama es que cada día nos acercamos a una sociedad menos tolerante, que mata por defensa, para vivir o por proteger a los que ama, y eso no solo pasa en el extranjero.
La recién estrenada película “ No Escape” cuenta la historia de un hombre que viaja a otro continente, con el propósito de ser parte de una empresa con tremendas expectativas. Tanto es así, que incluso lleva a su esposa e hijos con él. Horas después de su llegada, el líder del país es derrocado y muerto en manos de subversivos. Se genera tal revuelo que es perseguido y cazado junto a los suyos por toda la ciudad. Esta producción nos muestra lo fácil que es entrar en un mundo lleno de conflictos -muchas veces injustificados ante nuestros ojos-, en donde la violencia toma el control y nos volvemos monstruos que sólo piensan en superarse, en sobrevivir al entorno, en ser más que el otro y no dejarse pisar por el del lado.
Matar a alguien por rabia ya no es cosa de ficción. Lo vimos hace poco con el hombre que dejo caer una pala mecánica sobre un prevencionista, lo vemos en los conductores, en las dueñas de casa que violentan sus familias con insultos y golpes; en los gritos de nuestros jefes, en los llantos descontrolados por las noches y en nuestro niños cuando no soportan un reto, que le apaguen el juego o se les imponga un castigo.
¿Puedes ver lo mal que estamos? ¿Te das cuenta de que hay bombas de tiempo por todos lados? No te pediré que quites tus ojos del conflicto sirio, pero te pido que también los pongas dentro de aquellos que están más cerca. Es cosa de ver tu entorno: mira lo rápido que respondemos mal y cómo pasamos de la molestia al grito.
Hoy quiero llamarte a hacer cambios sociales en los que sí puedes ser influyente: en tu familia, en tu grupo de trabajo o la reunión de apoderados. Si ya no quieres ver más muertes de ese tipo, sé propagadora de paz. No basta con subir la foto, actúa de manera conciliadora: habla con los tuyos, ponlos en alerta, motívalos a no contestar de la misma manera que otros. La respuesta blanda aplaca la ira, y eso puede salvar la vida de uno de los tuyos. Retirarte de un conflicto puede hacer tremenda diferencia. La gente bajo impulsos de ira no tiene autocontrol, por eso debes ser tu quien vele por los ama y pueda propagar el sentido común y la razón en pro de la vida.
Los protagonistas de “No escape” eran como tú: sólo buscaban trabajo en otro país. Así como a ellos, esto puede ocurrirte sin buscarlo, en una protesta o un disturbio. Por eso, ama a los tuyos, tén tiempo de conversación y diles cuánto los quieres. Siempre es buen tiempo para tener paz.