¡Golosa! ¿Por qué será que el pasto del vecino siempre es más verde? ¿Qué pasa con nosotras, que siempre queremos lo que no podemos tener? Si estás angustiada porque te gusta un amigo de tu pareja y no sabes que hacer, no desesperes. Respira profundo y presta atención a las siguientes situaciones, quizás alguna te parezca familiar:
1. El amigo de tu pareja es guapísimo. Lo que más te gusta de él son sus ojos azules y cuando van a la piscina y logras ver su abdomen de chocolate. En ese caso, lo que sientes es una atracción física (por no decir, amiga mía, una calentura). Si esta es la situación en la que te encuentras… ¡no caigas en la tentación! No vale la pena arriesgar una linda relación por una atracción que, créeme, pasará. Puedes intentar convencer a tu pololo de que hagan un trío con el amigo en cuestión, pero he notado que los hombres son bastantes reticentes al tema, por lo que no te hagas muchas ilusiones.
2. Otro escenario posible es que el amigo de tu pareja no sea tan guapo, pero sí muy inteligente. Te sientas atraída hacia lo que piensa y lo que opina, y te encanta pasar las horas conversando con él. En ese caso, amiga mía, ¡tampoco caigas en la tentación! Lo que sientes es una atracción mental, y aunque ésta dura mucho más tiempo (hasta toda la vida) no es material suficiente para una relación a largo plazo. No vaya a ser que termines sin pan ni pedazo.
3. Otra de las situaciones posibles es que el amigo de tu pareja te hace sentir una chica especial. Te habla todos los días, se preocupa por ti y siempre te está halagando. En este caso, estimada mía, lo que sientes es una atracción emocional. Nuevamente, ¡no caigas en la tentación! Este tipo de atracción se da sobre todo cuando nuestra autoestima está baja, pero ser infiel o cambiar de pareja no te ayudará a solucionarlo. Comienza un trabajo interior y dile a tu pareja que deseas que te preste mayor atención.
4. Finalmente, puede ser que el amigo de tu pareja te guste “de verdad”. O sea: es guapo, inteligente y muy simpático. Se la pasan de maravilla juntos y estás segura que no eres la única que se siente de este modo. Han comenzado a salir “a solas” (aunque siempre en plan de “amigos”) pero es obvio que lo inevitable sucederá pronto. ¿Qué hacer entonces? La cosa se ve bastante complicada: si algo llegase a suceder con este amigo, no sólo terminarás tu relación, sino que también serás responsable del fin de una amistad.
Por esto mismo, querida, piénsalo bien. Si sientes que es un “gustar” por ahí no más, deja que el tiempo pase y la atracción que sientes por este amigo también pasará. Seguirás feliz con tu pareja y su relación se fortalecerá, porque lo habrás escogido a él. Ahora, si este amigo “te gusta de verdad”, con tu pololo hace rato “no pasa nada” y estás casi segura que a este chico le gustas también, entonces no me queda más que decirte: “¡vo’ dale!”
El que no se arriesga, no cruza el río. ¡Mucha suerte!