Como antes les he dicho, tengo muchas razones para apreciar la vida en Santiago y - a pesar de los “contras” que tiene - desear asentarme aquí. Sin embargo, a veces divago sobre lo lindo que sería vivir en una región, si el destino me diera esa opción. Y éstas son mis principales razones para considerarlo una hermosa idea:
1. Playa, lagos y ¡verde por doquier! Si pienso en mis lugares favoritos, tanto en la zona norte, centro o sur de nuestro país, la mayor parte de las localidades que evoco tienen un común denominador: naturaleza. Así es. Trátese de playas, campos, bosques o lagos, todo te brinda una bella posibilidad de conectar con el entorno. Algo que dista un poco del a veces excesivo cemento capitalino. ¿Qué mejor que caminar los fines de semana por la arena en la orilla del mar, en lugar de las baldosas de un centro comercial?
2. ¡Menos multitudes!. No deja de seducirme la idea de volver a casa tranquila, sin tener que librar una batalla campal por un espacio en la micro o en el metro, bancarme un taco criminal o caminar varias cuadras para encontrar una bicicleta (aún no compro la propia. Tal vez cuando lo haga, mi perspectiva se modifique). Una ciudad con un volumen demográfico más aceptable sería ciertamente ¡un deleite!. ¿No les parece una estupenda razón?
3. Una vida más rural. Al vivir en una ciudad donde el principal panorama de las familias es ir a pasear por el mall y comprar pan en las grandes cadenas de super, se valora cuando al viajar sientes el aroma de un pan amasado recién horneado. Si das caminatas por el sector, puedes comprar en el modesto almacén de barrio, donde su dependiente conoce y saluda a todo el mundo. En estos entornos, el trato es distinto - no tan impersonal como estás acostumbrada - y la “mística” también. Claro, puede ser incómodo cuando no encuentras tu marca favorita pero ¿y qué?. Creo que la calidad de vida es superior a bancarte una larga fila frente a las cajas de un atestado supermercado, sólo para pagar "ese" producto. Quizás puedas llevar otro, pero en paz y rápidamente. ¿No es una ganancia?
4. En verano el calor es soportable: Por lo general, en localidades donde hay agua (ríos, lagos, mar, etcétera), la brisa también suele ser más fresca y disipar ese calor seco que nos azota cada verano. Sí, el mismo que aunque ahora no recuerdas, volverá en unos cuantos meses para hacerte desear meter tu cama dentro del refri.
5. Menos neura: En los noticieros, se nos presenta la capital como en estado de calamidad. Quizás sea bueno desconectarse un poco del caos en la apacible vida regional y dejar de escuchar tantas "malas nuevas" que afectan a la gran ciudad. Además, el periodismo regional - a mi modo de ver - aún conserva "la cercanía" de la vieja escuela: la de aquellos medios que contaban "pequeñas grandes historias" de gente como uno, además de dar cabida a buenas noticias. ¡Díganme si así no se siente más próximo y cálido!
Y tú, ¿por qué cosas desearías irte de Santiago?