Siempre me han gustado los chicos sociables que tienen un gran número de amigos y, aunque me moleste un poco, un gran número de amigas. Recuerdo un pololo en particular que tenía una “compinche” muy cercana. Cuando recién nos conocimos, se la pasaban saliendo. Eran compañeros de universidad y su relación era casi de hermanos.
Sin embargo, llegué yo. Comenzamos a vernos seguido y habían ocasiones en que cuando estábamos juntos su amiga lo llamaba para invitarlo a algún carrete, y él tenía que decirle que “no” (no es que yo se lo pidiera, es que estábamos muy cómodos regaloneando). Después de algunas semanas mi chico me comentó que su amiga estaba molesta con él, porque no pasaban tanto tiempo juntos como antes.
Le dije que comenzáramos a carretear con sus amigos. ¿Y sabes lo que pasó cuando me acerqué a saludar a su querida amiga? ¡Ella me negó el saludo! Simplemente me ignoró, como si no existiera. Fue tan obvio, que todo el mundo se dio cuenta de que había mala onda. Conversé con mi pololo y él lo admitió: su amiga estaba muerta de celos.
Seguramente estás pensando que era obvio que ella estaba enamorada de él. Debo admitir que yo también lo pensé. Pero con el tiempo entendí que su relación era genuinamente de amigos, y que ella era algo posesiva. En todo caso, es obvio sentirse molesta cuando de la nada llega una “intrusa” a “robarte algo” que considerabas tuyo.
En fin, el tiempo pasó pero las cosas entre nosotras no se arreglaron. Yo intenté acercarme varias veces pero la chica me odiaba. ¡Con decirte que nunca, pero nunca me miró a los ojos! Decidí resignarme: era una niña pequeña con un gran berrinche. Me llevaba bien con todo el grupo de amigos menos con la “querida amiga”.
Procuré que mi pololo siguiera pasando tiempo con ella porque, debo confesarte, me sentía culpable. Yo también soy bastante celosa y entendía en algo lo que estaba sintiendo su amiga. Creo que la clave para sobrellevar una situación de amiga celosa es ponerse en el lugar del otro y verlo como un niño de 5 años que busca atención.
A todos nos pasa alguna vez: queremos más de lo que ya tenemos. Por lo mismo, si te encuentras en una situación parecida, respira hondo. Ahora, si la amiga en cuestión no sólo es pesada contigo, sino que comienza a chismorrear e intenta poner a tu pololo en tu contra, habla con ella y deja las cosas claras. No le podemos caer bien a todo el mundo, pero eso no le da derecho a intoxicar tu relación.
Y a ti, ¿te ha pasado algo parecido?