Las mujeres somos especialistas en hacer mil cosas a la vez, creyendo que es un don que nos fue concedido por naturaleza y que así seremos más productivas. A veces es cierto, con pequeñas tareas cotidianas que hacemos casi por inercia, y cuando agarramos vuelo no hay quien nos pare…excepto las ganas de ir al baño.
Pero aunque es una necesidad básica y lo más normal del mundo, la mayoría de las mujeres tienen la mala costumbre de aguantarse las ganas de orinar. Las razones hasta podemos pensar que justifican este pésimo hábito, pero la verdad es que nada justifica algo que puede traernos serios problemas de salud.
Sí, es una lata ir a cada rato al baño, más cuando no es el baño de una, es invierno, hace frío y tenemos mil capas de ropa que sacarnos antes de poder hacer pipí, pero debemos escuchar a nuestro cuerpo y sobre todo ¡hacerle caso!
Conozco amigas que hasta se molestan consigo mismas cuando les dan ganas de ir al baño porque sienten que pierden tiempo, entonces se aguantan, según ellas, para “acumular ganas” e ir una sola vez al baño. Otras evitan tomar mucho líquido. Cualquiera de las dos situaciones es un gran error y puede traer consecuencias graves.
Aguantarse las ganas de ir al baño puede provocar desde una infección urinaria hasta cálculos renales. Cuando esperas mucho tiempo para ir al baño, se acumulan bacterias que ingresan por las vías urinarias y provocan infecciones que pueden llegar a los riñones, causando los temidos cálculos o incluso derivando en una pielonefritis.
Aguantar la orina también puede causar cistitis intersticial, una condición que hará que tengas aún más ganas de orinar y cuando lo hagas sientas dolor. Otra consecuencia de aguantar es que la vejiga se ensancha y no podemos eliminar sustancias ácidas y amoniacos que se encuentran en la orina y deben ser desechados cuanto antes.
Por último, si insistes en aguantar, puedes sufrir fiebre debido a las bacterias que no has eliminado, escalofríos, dolor de estómago e incluso calambres.
Como te podrás dar cuenta, parece un acto inofensivo, pero aguantarse las ganas de ir al baño puede ser muy peligroso. Es mejor ir apenas sientas deseos y luego de esos cinco minutos sigue con lo que estabas haciendo. Al final, todo el rato que te estés aguantando lo más probable es que no te puedas concentrar en nada más que en las ganas que tienes de orinar.