Aunque los hombres son absolutamente reacios a asistir a terapia, hay ocasiones en que la pareja atraviesa pequeñas crisis que - de no ser tratadas en forma oportuna - podrían profundizarse, llevando la relación a un quiebre. En tales ocasiones, asistir juntos al psicólogo es de gran ayuda, tanto que incluso puede hacer la diferencia entre una dolorosa ruptura y el fortalecimiento del vínculo. Es por esto que en Fucsia te ayudamos a identificar aquellas situaciones en que ir a una terapia es 100 por ciento recomendable:
1. Mala comunicación: Si producto del trabajo, estudios o las múltiples exigencias de la vida moderna, sientes que las conversaciones con tu pareja “no fluyen”, los temas se estancan y la falta de tiempo les pasa factura, es momento de pedir ayuda. Recordemos que la falta de comunicación es uno de los principales “cánceres” de las relaciones y debemos recomponer esta falencia a la brevedad posible.
2. Falta de confianza: A veces, “sin querer queriendo” y con actitudes que pueden parecernos carentes de relevancia, podemos traicionar la confianza de nuestra pareja. Mentiras pequeñas y “blancas” en que seamos sorprendidas, actividad dudosa en Facebook u otros motivos en apariencia inocuos, pueden haber dejado un surco profundo en el corazón de nuestros compañeros e incluso más: una puerta abierta a la desconfianza. ¡Para qué hablar de temas mayores, como infidelidades u otro tipo de traiciones!. Si es tu situación, pide cuanto antes hora con el especialista, ya que la confianza es la base de toda relación.
3. Resentimiento: Mucho ojo si has soslayado algún conflicto, guardando en tu corazón la factura. Esto es, a mediano o largo plazo, veneno para tu historia de amor. Si para evitar problemas pasaste por alto o minimizaste una situación que te provocó profunda molestia, es hora de ir a terapia para comunicar a tu pareja ese malestar en forma sana y canalizar de manera asertiva tu rabia. Hazlo antes de que esta “espinita” cause estragos en tu relación y la deteriore de manera irreversible.
4. Faltas de respeto: Si estás atravesando alguna situación de estrés y descargas tu rabia con tu pareja (ya sea en la intimidad o el trato diario), es momento de buscar ayuda. El respeto es otro pilar fundamental en cualquier tipo de vínculo. Por lo mismo, si éste se resiente, puede llevar la historia a un punto sin retorno.
5. Discutir constantemente por la misma causa: Éste es un síntoma evidente de un conflicto que aún no se ha sanado. No han llegado a acuerdo respecto de la situación en cuestión y ésta sigue persistentemente dañandolos. Si llevas varios meses en esta tóxica dinámica, pero sientes que amas a tu compañero, llegó la hora de ir a la consulta de un especialista que les ayude a trabajar el punto en discordia.
6. Dudas del amor o de querer continuar la relación: Si el amor falla, nada que hacer. Sólo aceptar que la historia llegó a su punto final. No obstante, muchas veces las personas confunden un “mal momento” de la pareja con el fin del sentimiento y, tras la ruptura, se dan cuenta de lo equivocados que estaban. Por eso, si te estás cuestionando respecto a lo que sientes, pero no estás segura de dar el paso, pide ayuda. Es probable que redescubras cuán enamorada estás y que sólo era la rutina la que estaba confundiéndote.
Y tú, ¿te animas a llevar tu relación a terapia?