Para qué mentir: nos encanta beber. Desde cervezas micheladas hasta un whisky en las rocas, las juntas con amigos siempre están acompañadas por una que otra botella y nos dejan algo tambaleantes. Si bien tomar alcohol no es una conducta que entregue un aporte positivo a la salud, compartir un vaso nunca está demás.
El problema comienza cuando tu conducta y forma de vida comienza a ser interferidas por el alcohol. Cuando ya no se trata sólo de compartir, sino que terminas con secuelas negativas luego de beber. A continuación, te entregamos seis razones que indican que estás tomando mucho y que deberías detenerte o calmar el consumo antes que acabe contigo.
1. Vulnerabilidad sentimental
A muchas nos pasa que el alcohol nos pone sentimentales y sensibles. Lo anterior no es tan terrible (aparte del ridículo) hasta que se transforma en una rutina. Si luego de beber rompes en llanto y haces un escándalo de la situación, evidentemente no te estás divirtiendo.
La situación es peor aún si tu vulnerabilidad te transforma en una persona violenta y comienzas a maltratar a quienes te ofrecen su ayuda. Si pierdes el control de tus palabras y actos, volviéndote una bomba de resentimiento y emociones, deberías calmar tu dosis de alcohol.
2. Sexo con cualquiera
Cada quien hace lo que quiere con su vida sexual. Sin embargo, no es gracioso despertar sin saber con quién te acotaste el día anterior ni si se protegieron o no. Tampoco es agradable recordar que mantuviste relaciones con algún amigo o compañero de trabajo al que debes verle la cara el lunes.
3. Molestas en la vida de los demás
Jotearte a los pololos de tus amigas, ser agresiva con todos, tener problemas legales por hacer escándalos borracha y vomitar en cualquier lugar, sólo provocará un rechazo en las personas que te rodean y querrán evitar invitarte a salir. Lo anterior, porque estarás molestando en sus vidas y dándoles problemas como consecuencia de tu irresponsabilidad.
4. Resacas en urgencias
Todos odian la resaca: los dolores de cabeza y estómago son los principales responsables de la frase: "no tomo nunca más". Sin embargo, si las molestias son tan fuertes que debes ir corriendo (o arrastrando) a urgencias, es una señal de que estás sobrepasando el nivel de alcohol que tu cuerpo puede soportar.
5. Problemas a la salud
Nadie quiere estar enfermo, pero lamentablemente las situaciones que parecen más divertidas pueden -en realidad- ser descuidos muy irresponsables de salud. Si padeces de alguna enfermedad que empeora cuando tomas o que se originó por parte del alcohol, ni siquiera deberías considerar la idea de seguir bebiendo. Imagínate quedar postrada en una cama sólo porque no pudiste detener tu consumo.
6. No recuerdas nada
Típico e importante. Si no recuerdas nada, significa que pudiste haber hecho de todo. No recordar nada es más grave de lo que parece, peor aún si compartiste con personas que no eran de tu confianza. Cuídate y modera el consumo: no se trata de dejar de tomar, sino que de conocer tu límite.
Y tú, ¿bebes alcohol moderadamente o sientes que llegó el momento de parar?