Para nadie es una novedad que las redes sociales ocupan un espacio importante en nuestra vida. Gracias a ellas nos encontramos a la vista de todo el mundo, listos para ser juzgados y validados por nuestras publicaciones.
Son pocas las personas que hoy en día no tienen al menos una red social, ¡si hasta nuestros abuelos hoy tienen Facebook! Y es entretenido usarlas para comunicarnos con nuestros amigos, informarnos y tener un rato de ocio. Pero hay que considerar que, tal como decía el dicho “como te ven te tratan”, cuando hablamos de estas plataformas tu imagen será acorde a lo que publiques.
Si realmente no nos interesa la imagen que proyectamos vía redes sociales, entonces da lo mismo lo que publiquemos. Pero debemos tener muy claro que hasta para postular a un trabajo hay reclutadores que revisan tu Facebook o Twitter. Así que ¡cuidado! Tus redes sociales pueden decir algo de ti que ¡no te favorece para nada!. Por eso, lee con atención lo que las siguientes actitudes dicen realmente de los cibernautas:
1. “Quiero llamar la atención, porque en mi vida real nadie me pesca”: En Facebook hay quienes cada 5 minutos postean algún estado. Y suma puntos si es algo simpático, alguna frase graciosa o inteligente. Pero si hablas “disimuladamente” de rupturas amorosas, peleas con las amigas o la familia y problemas con el jefe (con insultos incluidos) puedes estar mostrando inmadurez y cero inteligencia emocional. No siempre es bueno gritar a los cuatro vientos lo que nos pasa, menos tratándose de indirectas (¿por qué no hablar de frente con la persona involucrada?). A nadie le interesa saber que terminaste con tu novio por décima vez o que “desde hoy sólo me preocuparé por mí, porque la gente en la que uno confía realmente no lo vale, así que yo…” bla, bla, bla.
2. “Mi vida social es súper pobre, así que aparento que hago muchas cosas con mis amigos”: Estados y fotos de “voy llegando a tal lado”, “lo estoy pasando súper en equis lugar” o fotos de cualquier cosa menos de personas. En serio, parece que andas paseando sola.
3. “Lo que hago cada día es muy interesante. Transformaré mis redes sociales en un reality”: Esto puede parecer si subes fotos de todo lo que haces a Instagram o Facebook: selfies, fotos de los lugares donde vas, los líquidos que bebes, la comida del restaurante, etc…
4. “Necesito que me validen porque soy demasiado insegura ”: ¿Exceso de selfies?...si van siempre acompañadas de frases tipo “¿cómo me veo?” o un “ay, me veo mal pero igual la subo”, en un intento de falsa humildad. Demuestra que necesitas que otros te reafirmen. No es necesario.
5. “Quiero demostrar lo inteligente y culta que soy”: está bien compartir videos, causas u opinar de vez en cuando, pero cuando es SIEMPRE, se vuelve un poco latoso para el espectador y genera el efecto contrario. Nos comenzamos a preguntar qué tan asertiva eres.
6. “No tengo nada que hacer y paso todo el día frente a una pantalla”: No sé cómo lo hacen, pero hay gente que de alguna manera se las arregla para twittear, subir una foto a Instagram con al menos 20 hashtags y un párrafo de descripción, a la vez que comentan en Facebook, dan likes y escriben su estado. En lo personal creo que es un don poder atender tanta red social a la vez, pero puede parecer que de verdad no tienes nada más que hacer (o que tienes mucho tiempo libre).
Más allá de lo cómico, las redes sociales - querámoslo o no - se han convertido en una extensión de nosotros. El mundo nos ve a través de ellas y la imagen que podemos dar puede distar mucho de cómo somos realmente. Recordemos que además la mayoría sólo muestra la parte bonita de sus vidas, así que jamás hay que compararse o tomarse muy en serio lo que vemos en estas plataformas. La idea es pasarlo bien, compartir y comunicarse. Finalmente, lo importante no es lo que tus redes sociales digan de ti, sino tus acciones. ¡Así que no te reprimas y sube sin culpa otra selfie!