Este tema es súper triste, así que vamos a llorar todas juntas. Nah, broma. En realidad es algo muy común que si nunca te ha pasado, te pasará o eres un ser extraño y de otro planeta.
A lo largo de nuestras vidas pasarán muchas personas por nuestro lado. Algunas (yo diría que todas en cierta forma) marcarán nuestra historia, dejarán una huella y nos enseñarán varias lecciones. Toda experiencia aporta, incluso el dolor que nos causaron esas amigas que en algún momento fueron íntimas y de pronto se alejaron para no volver nunca más.
Hay muchas razones por las que no mantenemos a los mismos amigos durante toda la vida. Y ojo, que hablo de amigos - amigos, no esas pseudo amistades que en realidad no lo eran.
La primera razón es que todos, por más que queramos relacionarnos con personas parecidas y con gustos similares, somos muy diferentes. No hay nadie igual a ti y eso puede jugar en contra; pero es lo que te hace único en un planeta con más de seis mil millones de personas.
A medida que pasan los años, nuestro carácter cambia. Los valores se afianzan, los gustos cambian. Es un proceso natural que alguien con quien una era “poto y calzón” deje de serlo para convertirse en otro tipo de relación. Quizás una amistad más lejana o incluso dejar de ser amigas, no por alguna pelea o mal entendido; simplemente porque los caminos se separaron.
A mí me pasó con mi mejor amiga de la infancia, a quien aún considero una de mis más íntimas camaradas. Esto, a pesar de que no la veo hace años, ni hemos conversado en muchísimo tiempo.
En el colegio éramos inseparables. Incluso yo le decía hermana, como un deseo gigante de que ella fuera la partner sanguínea que nunca tuve. Éramos de estratos socioeconómicos diferentes (algo que a los niños pequeños no les importa, qué cualidad tan bonita). Me cambié de colegio en la media, pero la amistad siguió como antes. Salimos del colegio y ahí las cosas sí comenzaron a cambiar. Ella quedó embarazada y tuvo a su primera hija a los 19, al mismo tiempo que yo entraba a la U, hacía nuevos amigos, vivía experiencias distintas y mi vida giraba en torno a otros temas. Luego, ella tuvo dos hijos más y su prioridad, además de ellos, fue el trabajo (mientras yo seguía estudiando y obviamente carreteando). Empezaron a importarle cosas como el subsidio o juntar plata para su casa propia. Su vida ahora eran sus hijos, mientras que la mía en ese entonces era la carrera.
Con historias de vida tan diferentes, los temas en común y los tiempos para poder coincidir y juntarnos - aunque fuera a tomar once - se fueron haciendo cada vez más lejanos, hasta que no nos vimos más, ¡ni siquiera hablamos!. Yo sigo sintiendo un cariño inmenso por ella y su familia. Sé que también siente lo mismo. Para mi último cumpleaños, donde cerré Facebook (por ende, dejé de existir) me saludaron las personas precisas. Las que han estado toda la vida. El 80% no me saludó el mismo día porque obvio, sin Facebook no tuvieron idea. Resulta que mi mejor amiga sí se acordó y me mandó un mensaje. A pesar de no hablar hace años, de no vernos, de no tener un Facebook recordando fechas importantes.
Las amigas se alejan y nosotras nos alejamos de las amigas. Es algo natural que pasa o puede pasar. Pero hay que tener claro que no es porque alguna sea mala persona o dejada. Y quedarse con los recuerdos bonitos. Esos, aunque lo intentes, no se alejarán jamás.