Buscando imágenes para subir unas notas, me encontré con bombones con una preciosa sonrisa. ¡Realmente hermosa!, mientras que otros salen con cara de poker en las mismas fotografías. ¡Cuec! Entonces me di cuenta de algo muy simple: ¡me encantan los hombres que sonríen ante la cámara!
Y claro, porque demuestran todo su atractivo. En cambio, los que no lo hacen - y que pueden ser perfectamente guapos - salen tristes o en extremo serios, lo cual les quita de inmediato todo su encanto.
¿Por qué pasará esto?.
Es muy comprensible que si alguien está pasando por un mal momento, no saldrá precisamente 'happy' en una foto. Más bien, ni ganas tendrá de tomarse una. En cambio, una sonrisa implica buena energía, positivismo y ¿por qué no? ¡fortaleza!, para así resistir los embates de la vida. Además, ¡las sonrisas son tan lindas y mágicas!. Tan sólo una puede cambiarle el "switch" a tu entorno en forma automática.
Ahora
bien, si un bombón quiere dárselas de "chico malo", ahí es bueno cruzarse de brazos
y colocar cara seria. Quizás su afán sea asustar arrancar suspiros de alguna
damisela. Pero, ¡no lo hagan siempre, por favor! Nosotras también necesitamos
contemplar ese "algo" especial en una sonrisa y la chispeante mirada que le acompaña.
Por ejemplo, el otro día estaba viendo la foto de un amigo, que salía tocando con su grupo mientras sonreía. ¡Y lucía verdaderamente encantador!, ya que transmitía toda su magia, sensualidad y encanto. ¡Y eso nos llena el corazón!
Y a ustedes, ¿también les gustan los hombres sonrientes?