La maternidad siempre termina resultando un tema complejo para el género femenino. Mientras algunas están hartas de los constantes acosos sociales que las obligan a tener hijos contra su voluntad, otras no pueden esperar a que un hombre se presente en su vida para cumplir su sueño.
"Quiero ser madre, sin importar quien sea el padre", recuerdo las seguras palabras que recitó una conocida frente a sus cercanos. El eco dejado por su declaración fue tan potente, que nadie se atrevió a opinar nada al respecto.
Reconozco la audacia de esa mujer, pero además percibí una gran necesidad corporal y espiritual que la llenaba de deseo maternal. "Es cómo que mi cuerpo lo pide y ver a mis amigas con hijos me inspira aún más", decía con la mirada fija en un horizonte imaginario. Fue ahí cuando intenté entender qué pasaba por la mente de esta joven veinteañera y a qué consecuencias se vería expuesta si lograra su objetivo.
Lo primero que consideré es que, aunque el pobre susodicho nunca se entere de su paternidad, ella le estaría privando de una experiencia importante y quitándole el derecho de reaccionar frente a la situación. En caso de que él rechazara su responsabilidad con su hijo (como suele pasar en muchos casos), finalmente siempre la madre se ve envuelta a problemas legales, filiales y otras situaciones que alteran la paz familiar.
Luego pensé en el peso que significa cargar sola con un bebé pese a la infinita voluntad de la madre. Es difícil criar un hijo sin apoyo. A menos que la mujer considere a algún familiar o amigo, no creo que una persona sola pueda con un hijo. Y si puede, es una labor muy ardua.
Finalmente, consideré la fecundación "in vitro". Si bien es un tema complejo, no son menores los beneficios de acceder a este tipo de embarazo. Es una decisión totalmente unilateral, en donde el dueño del espermatozoide no puede reclamar respecto a su fecundación. Se puede escoger la etapa de la vida para convertirse en madre, permitiendo una preparación psicológica, económica y emocional más profunda.
No sé qué habrá decidido esta muchacha; tampoco la volví a ver. Pero si de algo estoy segura es que ella y nadie más puede saber qué hará con su cuerpo y vida. Y tú, ¿qué piensas?. ¿Te gustaría ser madre sin importar el hombre detrás del espermatozoide?