En plena época de Universidad, muchas veces me quedé ultra pegada a la televisión viendo Dawson's Creek y ahora recordé al guapísimo Pacey Witter cuando conoció a Andie McPhee.
¡Pero cómo disfruté ese romance! Imposible olvidar lo mal que se llevaban en un principio. Como cuando Andie chocó el auto del padre de Pacey y él no dudo en hacerse pasar por alguacil, haciéndola pasar un mal rato. Las burlas continuaron, dado el particular carácter del tipo - quien, al mismo tiempo, ¡era adorable! - y ella no lo hacía nada de mal, ya que correspondía a su humor negro.
A muchas de nosotras nos debió pasar también, ya que cuando estamos "en plan de conquista", contrario a toda lógica, podemos ser verdaderas ogras. Esta actitud no es de mala onda, sino una 'técnica de conquista', que puede resultar muy interesante. Sí, porque a nuestros bombones les encantará esa chica seria y pesada, que quiere parecer mala. Por demás, la técnica de la indiferencia nunca falla. En el fondo, terminaremos atrayendo mucho más a quien queremos enamorar.
¡Y qué decir de cuando son ellos los que nos abordan así!. Nos sacan humos de la cabeza: el hecho de que nos molesten y nos tiren tallas pesadas, lleva a que sintamos una especie de amor-odio por ellos, lo cual termina en que perdamos la razón ante su presencia. ¿Díganme que no es atractivo este juego?
Finalmente, llegará aquel anhelado momento en que - luego de varias discusiones con humor y picardía - nos enfrentamos cara a cara con este príncipe azul. Ahí, nos daremos cuenta de que ya no queremos seguir peleando, sino terminar cayendo en sus brazos.
En ocasiones me vi así, tirándole tallas pesadas a quien me gustaba hasta sacarlo de quicio. Finalmente, conseguía lo que quería, y probaba sus labios tiempo después. A ustedes, ¿también les pasa?