Tener un rollo con la edad no es nada nuevo. Lo que sí es novedad es una de las últimas tendencias sobre este tema: rechazar la vejez; sobre todo la femenina. Un fenómeno que empieza a generar interrogantes, pues se nota cada día más.
Sí, porque hoy no sólo se ilustra en actitudes negativas con las adultas mayores, sino también con mujeres de mediana edad. Es algo que aflora cada vez que nos convertimos en guardianes de las buenas costumbres. Para ser más precisa, cuando objetamos todo lo que resulta extraordinario para cierta etapa de la vida.
¿Ejemplos? Esa costumbre de hablar mal de las personas que hacen cosas atípicas para su edad. Claro pues, si el panorama nocturno de una treintona normal, es quedarse en casa o salir a comer; si vemos que una hace otra cosa, uf. Al saber que una chica de 30 está bailando en una discoteque, los comentarios son lapidarios: “Está bien pasadita para eso. Ahí van las jóvenes pues, no las señoras. Ella debería ir a cenar afuera o a tomar un trago”.
Lo mismo pasa cuando se critica a la cuarentonas joviales. Sobre todo, a las que se visten loleín, con ropa ajustada, colorida y destapada. Ahí la típica es oír opiniones como, “¿qué se cree con esa tenida para lolas?”, o “¿cómo se le ocurre bailar de esa manera a los 40? ¡Que se ubique!”. Heavy.
Si bien los comentarios pueden ir desde un tono de broma hasta uno muy en serio, el rechazo a la vejez está presente igual. La razón radica en que siempre deslizan una misma idea: que muchas cosas se acaban al cumplir más años. La aventura, la diversión, el sentirse atractiva, etcétera. Es como si después de los 25, la vida se redujera sólo al trabajo, a los hijos y a la casa. ¿Qué onda?
Es bien extraño, porque se da en un país con muchos adultos mayores (16,7%, encuesta Casen 2015), la mayoría de ellos activos. También es curioso considerando que hace mucho que la mujer comenzó a hacer cosas, que en su momento fueron atípicas. Por ejemplo, trabajar, estudiar o tener hijos a mayor edad. Entonces no se entiende.
Y ante esto, la pregunta del millón es ¿por qué rechazamos la vejez? Tú, ¿qué crees?