“Ese día me quedé pensando que algunas personas jamás nos dejan. Nunca se van por completo, aunque no estén. Su esencia queda, su voz se escucha; las sentimos sonreír. Algunas personas son eternas”.
Este bello poema de Ilan Ribero grafica algo tan cierto como que algunos de los que acompañan nuestro viaje, dejan una huella tan honda que se nos marca a fuego en el alma. Es más, su legado es parte inherente a nosotros, por lo que aún cuando hayan partido nos resulta fácil encontrarles en el vuelo de un ave, en un amanecer o la sonrisa de un ser querido. Aún con ello, extrañamos su presencia: tocarlos, abrazarlos, darles un gran beso. Por eso, buscamos el modo de perpetuar su paso por este mundo.
En estas divagaciones me encontré con el genial Fan Page “Espérame en el cielo”, de Marian Santiago, que da cuenta de algunas fantásticas ideas para “materializar” en parte esos recuerdos y honrar su memoria. Se las presento a continuación, incorporando otras que se me ocurrieron:
1. Decorar la tumba: Es la manera más clásica de homenajear a nuestros difuntos. Por eso, escogemos con especial cariño los arreglos florales más hermosos y significativos. Si las rosas les fascinaban en vida, obviamente nos preocuparemos de que destaquen en el ramillete. En tanto, si deliraba con los remolinos, conseguiremos uno que gire en forma constante y ojalá muestre sus colores preferidos. Libros, mensajes u objetos relevantes no podrán faltar en su última morada, pues será una forma de “acercarnos” a ellos.
2. Recordarlos con joyas: Si nuestros seres queridos ausentes usaban un anillo regalón, el reloj infaltable, un relicario o una medalla, una buena manera de llevarlos con nosotros es por medio del uso de aquel bien tan preciado. Después de todo, soy una convencida de que la energía de las personas prevalece y se impregna en los objetos que utilizan diariamente. Por eso, llevar aquella joya será una linda forma de que su vibra amorosa nos acompañe.
3. Un tatuaje: Esta práctica “in memoriam” es cada vez más masiva. Y es que claro, es muy simbólica. El tattoo permanecerá en nuestra piel por toda la vida, al igual que la huella que “esa persona” nos dejó en el corazón y en el alma. Sobre el modelo escogido, algunos se imprimen el retrato o el nombre del ser querido, mientras que otros prefieren algo más íntimo y significativo, como las flores que se lo recuerdan, una vitrola, notas musicales, aves, etcétera.
4. Un álbum fotográfico de lujo: El registro visual de aquellos maravillosos momentos compartidos, puede ser preservado en una presentación temática de lujo. Algo así como la bitácora de la persona amada, desde su infancia hasta los días previos al deceso. Las principales casas del rubro y algunos profesionales independientes ofrecen un trabajo muy bonito, cuyo costo - si bien es algo oneroso - vale cada peso. Un verdadero tesoro familiar que te encantará conservar.
5. Bautizar a un hijo o emprendimiento con su nombre: Ok, si se llamaba “Tránsito” tal vez no te parezca buena idea, pero puedes recurrir a algún concepto significativo que mantenga el vínculo con el ser ausente (ejemplo: “Esperanza”, si era la emoción que él o ella te transmitían). Es una linda manera de preservar su memoria, proyectándola en una nueva semilla. ¿Y qué mejor si es la persona que más adoras, tu querido blog o el nombre del proyecto por el que tanto has luchado?.
6. Página web conmemorativa o Facebook: En el sitio web “In Memoriam”, dispones de espacio para escribir tus recuerdos, sentimientos y emociones, además de compartir fotos y videos con otras personas que apreciaban a tu ser querido tanto como tú. Lo mismo ocurre en Facebook, donde la interacción con él puede ser similar a la que había en vida.
7. Testimonios: Una linda idea, si es que te gusta la escritura, es plasmar en un cuaderno o blog tus recuerdos con él / ella. Si eres más bien “low profile” y no te gusta exponer en demasía tu intimidad, traspásale esas historias a sus hijos. Si hoy sabemos de Hürrem - e incluso la queremos - es porque alguien contó sus aventuras, ¿no?. Como ves, hacer que el recuerdo viaje a través del tiempo y las generaciones, es la mejor manera de mantener vivo su legado. Distinto es ver una foto de “doña Isabel, la gran mujer, que amaba las canciones de The Beatles y sonreía cada mañana”, a ver una de “N.N, imagen que data de los años 20’s”. Comparte tus anécdotas y no dejes que se pierda la memoria.
*Extra tip: Si eres de aquellos seres más “visuales”, un collage de imágenes en tu casa puede ser una linda alternativa, para que su presencia te acompañe en cada rincón por el que transites.
8. Plantar un árbol: Hacer esto en su homenaje es una de las ideas más hermosas que puedes poner en práctica. Estarás contribuyendo a la preservación del medio ambiente (todas sabemos cuán benéficos resultan los árboles) y además, conservarás la memoria de su dulzura y alegría ¡por muchísimo tiempo!. Si optas por una especie cuya floración sea en primavera, ¡llenará tu casa de alegría!
Y tú, ¿cómo recuerdas a tus seres queridos que ya partieron?