Hace unas semanas unas amigas conocieron a mi papá y me dijeron que lo encontraron guapo.
La verdad, es que me pareció cómico, porque no es la primera vez que me lo dicen y siento que mi padre se ha transformado en ese tipo de hombres a que los años van dejando como el vino.
Con este comentario, de inmediato me acordé de una compañera del colegio que tenía un papá estupendo, maravilloso, ¡minísimo!. Sin embargo, ella no recibía muy bien el comentario de que su papá era guapo, ya que ¡siempre la molestaban con esto! En ese entonces, yo me ponía en su lugar y compartía su sentimiento de que era una lata que todas te estuvieran diciendo ese tipo de cosas porque, incluso sus mejores amigas, le decían comentarios excesivamente sinceros sobre su papá (onda cero respeto).
Debo reconocer que al comparar a mi papá con los de algunas amigas, el mío se conserva súper bien y estas son algunas de sus cualidades: no tiene panza, come sano, viste bien, no se le ha caído el pelo y es simpático ¡definitivamente un papacito!
Mi consejo es que se tomen el comentario a la ligera e, incluso se lo comenten a su padre, ya que más de una carcajada le sacarán, lo harán rejuvenecer y les volverá a subir el ego aunque sea por un momento.
No sean egoístas queridas todos necesitamos que de vez en cuando nos tiren un piropo ¿o no?