“Tener un hijo, plantar un árbol y escribir un libro”. Esa es la receta de la trascendencia. En lo personal, ¡cada una de estas propuestas me parece alucinante!. Pero como sé que algunas no quieren tener niños ni le pegan mucho a la escritura, vamos por el arbolito. Sí, porque dicha idea no sólo dejará nuestra huella en el mundo, sino que además nos ayudará a obtener una mejor climatización en casa y limpiar la atmósfera de C02.
Si te cuentas entre las afortunadas que ya disponen de su propio hogar, el cual tiene un amplio patio que no sabes cómo llenar, pon atención a estas bonitas alternativas y cuán posibles son de llevar a tu realidad:
1. Cerezo: es un árbol hermoso, que decorará en forma sublime cualquier jardín. Basta evocar su presencia en algún manga o animé para corroborar que son ¡de ensueño!. Brindan frutos deliciosos en verano y flores bellísimas en primavera. Para tenerlo en casa, sólo necesitas buena tierra y suelo fértil, cuya profundidad sea adecuada para que el árbol enraice. También requerirás algo de abono - o un mantillo de compost - y mantener diariamente la humedad del suelo una vez plantado el tronco. Extra tip: los almendros son muy similares y su floración se da en invierno, así que ¡escoge el sabor y temporada que más te guste!
2. Limonero: una de las opciones más comunes de encontrar en los jardines, gracias a su belleza y la utilidad del fruto en el día a día. Puede crecer hasta 7 metros, ofreciendo deliciosa sombra en las tardes veraniegas. Si vives en zonas frías deberás descartarlo, ya que sólo soporta un mínimo de 3 grados. Requerirá luz solar directa - por lo que tienes que situarlo en un espacio luminoso - y buen drenaje. Para obtenerlo, es posible comprarlo crecido o tomar su semilla desde el mismo limón. Para ello, es necesario que la laves bien, eliminando su jugo y residuos.
3. Naranjo: otro árbol popular, que llena de alegría el jardín y obsequia un fruto delicioso. Si quieres tenerlo cerca tuyo, debes saber que necesita un mínimo de 8 horas de luz solar al día, por lo cual es menester definir bien dónde situarlo. También es importante que no reciba vientos fuertes o aire frío. Es importante que el sector en que lo plantes tenga buena ventilación, pero ¡ojo!, ya que las ráfagas muy violentas podrían dañarlo. Requeriras tierra rica en compost o abono, además de buen drenaje. De lo contrario, sus raíces se pudrirán y terminará secándose.
4. Durazno: un hermoso árbol, cuya fruta es de las más dulces y sabrosas de la temporada. Para iniciar tu proyecto de tenerlo en el jardín, debes seleccionar un cuesco, ya que ésta es la semilla. Tienes que saber que algunas se acomodan mejor a la tierra que otras, por lo que si deseas tener éxito en tu tarea, tendrás que abocarte a estudiarlas y diferenciarlas. Una vez que tengas las que precisas, debes ponerlas un tiempo en remojo, luego secarlas e introducirlas en una bolsa ziploc (con abrefácil). Agrega algo de agua, revuelve y escurre. Posteriormente, lleva al refrigerador por 6 semanas, a temperatura de 1 a 5 grados. Una vez que notes que ha nacido una raíz, ¡ha llegado la hora de sembrarla!
Para el paso 2, debes cerciorarte de que la tierra sea muy fértil y nutritiva, además de suave, de modo que drene. Eso sí, su consistencia tampoco puede ser débil, ya que las semillas no crecerían. Debes depositar el cuesco germinado unos 7 centímetros bajo el suelo y tapar, cerciorándote de que la zona siempre esté húmeda. Siguiendo todos estos pasos, en 3 años tendrás tu durazno en flor, listo para darte hijos.
5. Manzano: Otro árbol fantástico, cuyas flores son extremadamente bellas y sublimes. Es bastante adaptable, tolera muy bien el frío y puede ser plantado en cualquier tipo de suelo. Sin embargo, en lo que sí es exigente es en el agua, ya que ésta no puede faltarle. Requiere que la tierra sobre la cual echa raíces sea capaz de drenar bien, ya que un exceso de este vital elemento también podría dañarle.
Y bien, ¿cuál de todas estas especies llevarás a tu jardín?