Aunque he tenido la suerte de visitar a buenos ginecólogos, para algunas no es así. En mi entorno cercano he conocido varios casos inaceptables de violencia obstétrica. Por la misma razón - y porque todas estamos expuestas a sufrirla alguna vez - me parece importante que sepamos defendernos de este tipo de abusos.
Todos tenemos días buenos y malos; hay jornadas en que estamos con el ánimo por los cielos y otras en que literalmente pateamos piedras. Eso se entiende. Sin embargo, es preciso tener especial cuidado con los cambios de humor si trabajas en el área salud. Debes tener en cuenta que los pacientes están vulnerables en tus manos, por lo que necesitan confiar en tu criterio. Si no te la puedes con la presión, mil veces mejor dar un paso al costado y buscar otros caminos.
Como en todo orden de cosas, existen profesionales buenos y otros malos. Y aunque los primeros son mayoría, los segundos no se cuentan con los dedos de las manos. Hay algunos cuyas actitudes dejan bastante que desear. Por lo mismo, es importante identificar si estamos siendo objeto de un trato carente de respeto y dignidad. ¡Estamos en nuestro derecho a exigir salud de calidad!
Para muestra de violencia obstétrica, unos cuantos botones: las situaciones que a continuación relato sucedieron en varios centros médicos capitalinos, en días cualquiera - de diferentes años - y a mujeres como tú o yo. Los nombres han sido cambiados para proteger a las involucradas, pero las experiencias son absolutamente reales. Lee e indígnate conmigo:
1. Silvia (39), sospecha estar esperando a su segundo hijo, por lo que agenda una hora con el ginecólogo. Una vez allá, el facultativo la ausculta y le señala en forma agresiva que “se trata de la menopausia”, pues está “harto vieja para tener guagua” (y ojo, ¡finalmente sí estaba embarazada!). Además, la reprende por estar soltera y tener ya un hijo en estas condiciones, señalando que “hay mujeres para algo serio” y quienes son madres fuera del matrimonio “no se cuentan entre ellas”.
2. Antonia (20) comenzó un pololeo recientemente. Lleva aproximadamente 6 meses y aún no ha tenido sexo. Ella prefiere “prevenir antes que lamentar” y va a la consulta de un ginecólogo, para que le prescriba píldoras anticonceptivas. Ante la petición, el facultativo pregunta a Antonia cuánto tiempo lleva con su novio y luego señala en forma despectiva “demasiado poco para pensar en llegar al sexo, ¿no crees?”. A continuación procede a auscultarla. Intenta hacer tacto - aún cuando Antonia es virgen - y ante sus reclamos, le dice en forma burlona, “¿y así pretendes tener relaciones?".
3. Cecilia (22) tuvo un bebé recientemente y la doctora que atiende su postparto insiste en que se ponga el dispositivo intrauterino, aún cuando ella enfatiza en su negativa, aduciendo que no tiene pareja y pretende continuar soltera. Entonces la mujer, dirigiéndose a su madre y no a ella, dice: “la chiquilla es joven y la ‘T’ dura como mínimo 3 años. Debería hacer que se la coloque, porque nunca se sabe”. La joven, muy enfadada, señala que “me sentí como una mascota que llevan a esterilizar”.
4. Carla (19) es virgen y no le interesa tener pareja. Un problema ginecológico la obliga a acudir al doctor, aunque ella siente mucho temor, ya que nunca antes ha ido. Los nervios la tienen al borde de las lágrimas y tiembla, por lo que se hace acompañar por una amiga. El facultativo, al verla tan nerviosa, la trata como limitada mentalmente, preguntándole si sabe leer y escribir, además de qué nivel educacional alcanzó. Le habla lentamente y modulando en forma exagerada, como si ella no pudiera comprenderlo. ¿Qué tal? ¡Pelmazo!.
Estos casos constituyen sólo una selección de otros muchos que he oído. Por eso es fundamental escoger bien a tu doctor, leer opiniones y ante todo, saber cómo defenderte en caso de maltrato. El 80% de los obstetras tienen mucha paciencia, vocación y buen tino, lo cual se nota en la excelente atención que brindan a sus pacientes. Pero, si el azar te lleva donde el 20% restante y te sientes vulnerada, no dudes en denunciar. Tu derecho a un trato digno es inalienable.
Y tú, ¿alguna vez fuiste víctima de violencia obstétrica? Si es así, visita los grupos de Facebook que repudian estos hechos y ¡no te quedes en silencio!