El ser humano: soñador por naturaleza, idealizador del futuro, de las relaciones e incluso de su propio final, al punto de convertir dichas fantasías en metas vitales. Pero, ¿qué pasa cuando no se cumplen?
¿Qué son los sueños? Son manifestaciones mentales de aquello que deseamos; podemos verles, anhelarlos, sentirlos propios e incluso visualizar los resultados, si es que logramos llegar a ellos. Por básicos o extraños que sean, el hombre, esencialmente emocional, necesita de ellos para sentirse vivo. Por eso es fundamental tenerlos.
El año está por terminar, y seguramente recordarás esos deseos que pediste al beber esa copa en el pasado año nuevo, o eso que vino a tu mente como propósito para este 2015. ¿Cuánto de eso has cumplido? Ojala me dijeras que todo; pero la verdad es que muy pocos de nosotros hemos conseguido al menos la mitad de lo que esperábamos. Quizás, en algún rincón de nuestro corazón, ese sueño ha empezado a morir gracias al sistema, al dinero, a las enfermedades de un familiar o el desgaste natural que conlleva la vida diaria. Pero si ha venido alguno a tu mente, mantelo presente, porque aún no es momento de desecharlo.
¿Sabes dónde van esos sueños que no se cumplen? Se transfieren en nuestro corazón al sector de las frustraciones, ahí se acumulan y ocupan todo el espacio que tenías disponible para anhelos futuros. Seguro ahora que lo piensas tienes un poco de pena, o tratas de esquivar la conversación cuando se habla del hijo que no llegó, del nuevo trabajo que no resultó, de aquel viaje que postergarás por tiempo indefinido o tus ganas de estudiar. Cada cual tiene sus deseos, pero todos tenemos en común que hemos vivido alguna vez ese dolor, y eso nos une.
Debes saber que hay deseos propios que no podrás cumplir sola; hay otros de gran alcance, en los que deberás invertir mucho tiempo y otros que se cumplirán, pero no de la manera en que pensaste, pero a todos nos toca ser parte de alguno de ellos. Deja pendiente tu lista de futuros deseos y haz una con los que no cumpliste. Reestructúralos, ponles etapas o pequeñas metas, busca gente, anota sus nombres y diseña el plan para lograrlos. Haz lo necesario, pero no los dejes morir. ¡No abandones tus sueños!
Hay gente que se propone grandes desafíos, y la frustración es aún mayor, pero si vas paso a paso podrás ir cumpliendo todo en menor escala. Cada pequeño logro te dará más fuerzas para llegar al gran sueño. Si hoy necesitas llorar tus derrotas, hazlo, pero ten claro que mañana volverás a intentarlo, y eso no debe detenerte. La vida es corta, pero cada día puede ser una nueva victoria.