¿Cuándo se va a poner a trabajar? ¿Cuándo nos va a traer un pololo? ¿Cuándo le van a pedir matrimonio? ¿Cuándo va a tener hijo? Estas preguntas las debes haber oído más de 10 veces en alguna reunión familiar. Clásico de las tías copuchentas, seguir un incómodo interrogatorio que no te interesa, pero que tampoco sabes esquivar.
¿Cómo lidiar con gente insistente?
Cuando esa gente insistente es nuestra propia familia, hay que saber salir con gracia. Muchas personas mayores tienen el concepto errado de que si estás soltera a los 25 o 28 años, el tren se te está pasando. Entonces no falta la pregunta desubicada sobre cuándo vas a traer un pololo a la casa. Tú tranquila, respira y sólo diles que tu felicidad e independencia no depende de un hombre o pareja. Luego ríe, para que no exista tensión en la mesa.
Cuando ya encontraste pololo y al fin lo llevaste a la casa, las pregunta incómodas o desubicadas no terminan. Ahora vienen las indirectas sobre el matrimonio, la fiesta, etc. Sólo ríe, al fin y al cabo, lo único que quieren es una razón para celebrar. Que ellos no entiendan que dos personas pueden estar juntas sin casarse, no es tu problema. Si siguen insistiendo, di que están esperando mayor estabilidad económica para celebrar en grande. Les das una respuesta, les prometes una gran celebración y así dejan de molestar.
Ha pasado el tiempo, ya trajiste al pololo, ya te casaste, ahora viene la pregunta sobre cuándo van a traer un bebé a la casa. Si eres de las mujeres que decidió no ser mamá y tu pareja está de acuerdo, lamento decir que tendrás que seguir lidiando con el interrogatorio por el resto de tu vida. La familia siempre guarda la esperanza de que cambiarás de opinión, a pesar de que hayas recitado mil veces el discurso de que ser madre no es prioridad ni necesidad en tu vida. Pero si en algún momento sí deseas tener un bebe, di que están en campaña. La sola imagen en sus cabezas hará que dejen de preguntar.
Recuerda que la familia por naturaleza es metida. Sería preocupante si no te preguntarán estas cosas incómodas y si no fueran insistentes. No lo hacen por molestar, lo hacen porque te quieren y desean vivir esos momentos junto a ti. Siempre hay que saber salir elegantemente de las preguntas y personas insistentes. Una sonrisa, un chiste, o una promesa a largo plazo y general siempre te salvarán de este tipo de situaciones.