Tener un par de kilos extra puede devenir en un auténtico desastre. No por el peso adicional en sí mismo, sino porque a lo mal que nos sentimos cuando lo acusa la balanza, se suma la ropa que no entra, el espejo que se burla y los comentarios de la gente respecto de que “estás más rellenita”.
Pero quizás uno de los peores coletazos de esto es el que repercute en tu vida sexual. Claro, porque si antes gustabas de insinuar a tu pareja algunos sexies panoramas para el fin de semana, ahora cultivas una “segunda virginidad”, de la cual eres férrea defensora. Esperas ponerte a régimen - y que resulte - o someterte a una exigente rutina de ejercicios antes de deslizarte con él entre las sábanas. Y es que detectar en la propia figura unos gramos de más, para nosotras puede resultar muy matapasiones.
Si a lo anterior sumamos el estrés acumulado (a veces mutuo, especialmente en estas fechas), tenemos un panorama hot muy poco auspicioso.
¿Qué hacer, entonces? ¿Resignarnos? ¡No!. Nuestra misión, de ahora en más, es tener en cuenta la siguiente premisa: belleza es 100% actitud. No porque lo digan Miguel Bosé o Cecilia Bolocco en la publicidad de una conocida multitienda, sino porque es totalmente cierto. Puede que tengamos cuerpos esculturales, pero si no “nos creemos el cuento”, de nada servirá. Encenderemos menos pasiones que el sol invernal. En cambio, si nos sentimos sexies, seguras y “minas”, la balanza no debiera afectar una buena experiencia amatoria.
Claro, una cosa es decirlo y otra, dar el vamos a esa actitud “power”, secreto de toda mujer sexy. Cuando las circunstancias, la gravedad y el paso del tiempo nos pasan la cuenta, quizás nos cueste un poco sentirnos llamativas o en modo conquista. Sin embargo, “comprarnos la parada” es el primer paso. Recordemos que no a todos les gustan las réplicas de Gisele Bündchen. Hay “detallitos” que, aunque nos parezcan “del terror”, ¡ellos adoran!. Lejos lo que les parece más excitante somos nosotras, así como las razones de porqué nos escogieron. ¡Y créanme que trascienden lo físico! (sí, no son tan básicos).
Y tú, ¿sientes tu sensualidad afectada por un par de kilos extra?